La espiritualidad no se aprende en los libros sino que se elabora en el vivir cotidiano hecho, aparentemente, de monótonas rutinas, de contactos breves, en los que muchas veces funcionamos más que vivimos.

La espiritualidad no se aprende en los libros sino que se elabora en el vivir cotidiano hecho, aparentemente, de monótonas rutinas, de contactos breves, en los que muchas veces funcionamos más que vivimos.
La espiritualidad no se aprende en los libros sino que se elabora en el vivir cotidiano hecho, aparentemente, de monótonas rutinas, de contactos breves, en los que muchas veces funcionamos más que vivimos.