Tras la purificación y en estrecha conexión con ella, la Alianza pasa por la prueba de la “puerta estrecha” (Mt 7, 13-14). Es la fase del combate espiritual, del cargar con la cruz de Jesús y seguirlo y acompañarlo en sus tentaciones (Lc 22,28).

Tras la purificación y en estrecha conexión con ella, la Alianza pasa por la prueba de la “puerta estrecha” (Mt 7, 13-14). Es la fase del combate espiritual, del cargar con la cruz de Jesús y seguirlo y acompañarlo en sus tentaciones (Lc 22,28).
Si todo es “nueva evangelización” nada es “nueva evangelización”. Ahora parece que con el slogan de la “nueva evangelización” todo se resuelve. ¡Hasta la crisis económica! Ahora parece que hay que lanzar a gente audaz a la calle para la “nueva evangelización”.
Seguimos reflexionando sobre la Nueva Evangelización a partir del Instrumento de Trabajo. Los que vamos a sintetizar ahora son capítulos densos, un poco pesados. Da la impresión de que todo es convocado a la hora de la nueva evangelización.
Tal vez el principal problema de la “nueva evangelización” -cuyo significado hemos tratado de discernir en la anterior reflexión- no sea la situación en que se encuentra hoy el ser humano, que no pertenece a la Iglesia, sino que somos nosotros mismos, los creyentes.
Ya disponemos del Instrumento de trabajo del próximo Sínodo sobre la Nueva Evangelización y la transmisión de la fe. Se trata de un extenso documento de 169 números, dividido en un prefacio, una introducción, cuatro capítulos y una conclusión.
Es una gracia de Dios encontrarse con mujeres y hombres “felices”, con grupos y comunidades “felices”, en los que -a pesar de todo- reina el buen humor.
No es fácil hablar de la etapa final del camino espiritual. Ante todo, por falta de experiencia personal. Es necesario recurrir al testimonio de aquellas personas que han sido agraciadas con esta fase de la espiral de la Alianza.
Tras la purificación y en estrecha conexión con ella, la Alianza pasa por la prueba de la “puerta estrecha” (Mt 7, 13-14). Es la fase del combate espiritual, del cargar con la cruz de Jesús y seguirlo y acompañarlo en sus tentaciones (Lc 22,28).
Si todo es “nueva evangelización” nada es “nueva evangelización”. Ahora parece que con el slogan de la “nueva evangelización” todo se resuelve. ¡Hasta la crisis económica! Ahora parece que hay que lanzar a gente audaz a la calle para la “nueva evangelización”.
Seguimos reflexionando sobre la Nueva Evangelización a partir del Instrumento de Trabajo. Los que vamos a sintetizar ahora son capítulos densos, un poco pesados. Da la impresión de que todo es convocado a la hora de la nueva evangelización.
Tal vez el principal problema de la “nueva evangelización” -cuyo significado hemos tratado de discernir en la anterior reflexión- no sea la situación en que se encuentra hoy el ser humano, que no pertenece a la Iglesia, sino que somos nosotros mismos, los creyentes.