Cuando se siente la desesperación y, sin embargo, se experimenta un consuelo interior que nadie nos puede quitar. Cuando experimentamos el desgarrón de la muerte propia o ajena y la sabemos asumir con fe y esperanza.

Cuando se siente la desesperación y, sin embargo, se experimenta un consuelo interior que nadie nos puede quitar. Cuando experimentamos el desgarrón de la muerte propia o ajena y la sabemos asumir con fe y esperanza.
Cuando se siente la desesperación y, sin embargo, se experimenta un consuelo interior que nadie nos puede quitar. Cuando experimentamos el desgarrón de la muerte propia o ajena y la sabemos asumir con fe y esperanza.