Dios se hacía grande, en el cuerpo de un pequeño gran hombre, que tenía una madre joven, guapa, y dispuesta.

Dios se hacía grande, en el cuerpo de un pequeño gran hombre, que tenía una madre joven, guapa, y dispuesta.
El mundo entonces estaba igual de al revés que ahora, sólo cambiaba la dirección, había que huir del norte al sur.
Ella, que no había viajado mucho más allá del su pueblo y el de su prima, no había visto nada igual.
Queremos ver cómo es Dios, y cómo somos nosotros cuando se nos junta con el amor y la paz.
El rumor de los ángeles es muy débil, sólo se escucha cuando todo lo demás reposa en silencio.
Todo podía ser magnífico. Era una canción alegre, de esas que salen de corrido.
Dios se hacía grande, en el cuerpo de un pequeño gran hombre, que tenía una madre joven, guapa, y dispuesta.
El mundo entonces estaba igual de al revés que ahora, sólo cambiaba la dirección, había que huir del norte al sur.
Ella, que no había viajado mucho más allá del su pueblo y el de su prima, no había visto nada igual.
Queremos ver cómo es Dios, y cómo somos nosotros cuando se nos junta con el amor y la paz.
El rumor de los ángeles es muy débil, sólo se escucha cuando todo lo demás reposa en silencio.