«El Señor está cerca de los atribulados» respondemos hoy en el salmo responsorial. Y es, sin duda, una gran certeza. Quien ha perdido toda seguridad encuentra en Dios la seguridad insegura de quien cuida su vida.

«El Señor está cerca de los atribulados» respondemos hoy en el salmo responsorial. Y es, sin duda, una gran certeza. Quien ha perdido toda seguridad encuentra en Dios la seguridad insegura de quien cuida su vida.
«Se han hecho un becerro de metal». Cuántas veces hemos usado esta expresión. Cuántas veces la hemos visto palpable en algunas decisiones de nuestra sociedad y también en cada uno de nosotros.
«¿Puede una madre olvidar al niño que amamanta, no tener compasión del hijo de sus entrañas? Pues, aunque ella se olvidara, yo no te olvidaré». Pocas expresiones tan fuertes como esta que encontramos en el profeta Isaías para describirnos la fidelidad de Dios.
Celebramos hoy la Anunciación del Señor o la fe de María, que bien pudiera ser el
título de esta solemnidad. Como sabemos, de María se nos dice bien poco en los
evangelios. Pero de lo que se nos dice no sobra una coma.
La esencia de la alianza es la fidelidad y esa la tenemos garantizada de parte de Dios. «Yo seré vuestro Dios y vosotros seréis mi pueblo» es el mensaje. Y esa Alianza no se romperá jamás, a pesar de los vaivenes con que el pueblo responda a la presencia/ausencia de Dios.
Lucas (6,36-38):EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:«Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis...
«El Señor está cerca de los atribulados» respondemos hoy en el salmo responsorial. Y es, sin duda, una gran certeza. Quien ha perdido toda seguridad encuentra en Dios la seguridad insegura de quien cuida su vida.
«Se han hecho un becerro de metal». Cuántas veces hemos usado esta expresión. Cuántas veces la hemos visto palpable en algunas decisiones de nuestra sociedad y también en cada uno de nosotros.
«¿Puede una madre olvidar al niño que amamanta, no tener compasión del hijo de sus entrañas? Pues, aunque ella se olvidara, yo no te olvidaré». Pocas expresiones tan fuertes como esta que encontramos en el profeta Isaías para describirnos la fidelidad de Dios.
Celebramos hoy la Anunciación del Señor o la fe de María, que bien pudiera ser el
título de esta solemnidad. Como sabemos, de María se nos dice bien poco en los
evangelios. Pero de lo que se nos dice no sobra una coma.
La esencia de la alianza es la fidelidad y esa la tenemos garantizada de parte de Dios. «Yo seré vuestro Dios y vosotros seréis mi pueblo» es el mensaje. Y esa Alianza no se romperá jamás, a pesar de los vaivenes con que el pueblo responda a la presencia/ausencia de Dios.