¡El mundo será salvado por la belleza! Fyodor Dostoevsky escribió eso, Dorothy Day lo citó y, siglos antes de Jesús, Confucio lo hizo central para su pedagogía. En algo coincidían.
Autor
Ron Rolheiser (Trad. Benjamín Elcano, cmf)
La dimensión cósmica de la Resurrección
Una vez, un crítico le preguntó a Pierre Teilhard de Chardin: “¿Qué tratas de hacer? ¿Por qué todo este comentario sobre átomos y moléculas cuando estás hablando de Jesús?”
Es saludable amar tu vida
Entre la gente de fe, existe la opinión de que, si eres una persona de fe profunda, eres capaz de renunciar fácilmente a las cosas de este mundo, ver el mundo en toda su condición efímera, no adherirte a las cosas y morir más pacíficamente. No es cierto. Eso es ingenuo, al menos muchas de las veces.
Una afinidad improbable
Uno de los santos favoritos de Dorothy Day fue Teresa de Lisieux, Teresa Martin, la santa a la que llamamos “la florecilla”. A primera vista, esto podría parecer una extraña afinidad. Dorothy Day fue la mayor activista para la justicia, protestando en las calles, siendo arrestada, yendo a prisión e iniciando una comunidad y un periódico, el Catholic Worker (Obrero católico), al servicio de los pobres.
Abrir nuestros secretos a la luz
¡Tú estás tan enfermo como tu secreto más morboso! Ese es un axioma inteligente. Lo que está enfermo en nosotros permanecerá enfermo a no ser que lo abramos a los demás y a la luz del día. Mientras es un secreto, es una enfermedad.
Invitación a algo más elevado
En 1986, el novelista checoslovaco Ivan Klima publicó una serie de ensayos autobiográficos titulados Mis primeros amores. Estos ensayos describen algunas de sus luchas morales como joven agnóstico que busca respuestas sin contenido moral explícito en el que trazar esas luchas.
Atar y desatar
Decir a alguien, con todo el corazón, ‘Te amo’, es virtualmente lo mismo que decir ‘Tú nunca morirás’. El filósofo del siglo XX Gabriel Marcel escribió esas palabras, que repiten las escritas quinientos años antes por la beata Magdalena Panattieri, terciaria dominica, quien escribió a un amigo: Yo no podría ser feliz en el cielo si tú no estuvieras allí también.
Tened cuidado con vuestros círculos internos
Ningún hombre es una isla. John Donne escribió esas palabras hace cuatro siglos, y son tan válidas ahora como lo fueron entonces, aunque nosotros ya no las creemos.
Permiso para estar triste
Hoy, ni nuestra cultura ni nuestras iglesias nos dan el permiso preciso para estar tristes. Ocasionalmente, sí, cuando un ser querido muere o nos sucede alguna tragedia particular, nos permiten estar tristes, abatidos, llorosos, no optimistas. Pero hay en nuestras vidas otras muchas ocasiones y circunstancias en las que nuestras almas están legítimamente tristes.
Inmigración : antes y ahora
En el verano de 1854, el presidente de Estados Unidos, Franklin Pierce, envió a Isaac Stevens para ser gobernador del territorio de Washington, una superficie de tierra controlada por el gobierno federal. El gobernador Stevens convocó a un encuentro de jefes nativos para tratar de la tensión entre el gobierno de Estados Unidos y los nativos.
¿Tenemos ángeles de la guarda?
De niño, me enseñaron que tenía un ángel de la guarda, un verdadero ángel dado por Dios para acompañarme por todas partes y protegerme de todo peligro. Recuerdo una estampa piadosa que me dio mi madre y que mostraba a un niño pequeño jugando peligrosamente junto al borde de un acantilado y a un ángel protegiéndolo allí.