No todos tienen el privilegio de poder trabajar. Muchos lo hacen en condiciones injustas y deprimentes. El número de hombres y mujeres en desempleo es muy elevado.
Autor
Salvador León Belén cmf
El calvario de la violencia: Ríos de sangre y de desgracias.
Todo es violentado, desde las normas de convivencia hasta la vida de las personas. La vida aparece amenazada desde el principio hasta el fin.
El calvarion de la calle: A ras de suelo.
Son muchos los que sin ninguna ubicación recorren las calles y las avenidas acostumbrándose a desplazarse de un lugar a otro, consumiendo alucinógenos, desprendiendo malos olores, con reacciones agresivas, a veces con temperamentos violentos; otros más pa
El calvario de la infancia : Niños sin futuro
La gente acaba acostumbrándose a convivir con el mal, a soportar la explotación y el abuso, a tener mal trato.
El calvario de la pobreza: Imposible vivir
La pobreza es indecente, indigna, indecorosa. Para una mayoría de la población vivir es el calvario de todos los días.
Capítulo II : Tierra de calvarios
Enfermar es peligroso y poder salir de una enfermedad es un lujo que no todos pueden alcanzar. Estos serán algunos de los calvarios que iré desgranando de una manera generalizada.
El calvario de las infidelidades.
A muchas personas se les ha endurecido tanto el corazón que casi han perdido la sensibilidad para obrar el bien y no tienen fuerzas para emprender un camino de vuelta a la verdadera libertad, al amor primero.
El calvario de las aguas: A merced de las inundaciones.
De nuevo las personas se quedan sin defensa, a la intemperie, sólo con lo puesto y con la tristeza de tener que emigrar a otra zona.
El calvario de las ‘maras’:Pandillas callejeras y juramentos de sangre.
Adolescentes y jóvenes que a través de la violencia, el robo, el secuestro,…implantan la ley del miedo, de la inseguridad y del temor en la población.
El calvario de la corrupción: ¡No es fácil publicar la verdad en este país!
La plaga de la corrupción crece imparablemente y llega incluso a formar parte de la cultura y hasta del cotidiano vivir del pueblo.
El calvario del desempleo: ‘Les diste a comer llanto y a beber lágrimas a tragos’
No todos tienen el privilegio de poder trabajar. Muchos lo hacen en condiciones injustas y deprimentes. El número de hombres y mujeres en desempleo es muy elevado.