Jesús no defrauda nunca. Muy al contrario, cuanto más se le conoce y se le trata, cuanto más se cree en su Amor y se le ama.

Jesús no defrauda nunca. Muy al contrario, cuanto más se le conoce y se le trata, cuanto más se cree en su Amor y se le ama.
Jesús no defrauda nunca. Muy al contrario, cuanto más se le conoce y se le trata, cuanto más se cree en su Amor y se le ama.
Es la perfecta cristiana, la seguidora y discípula de su Hijo. Por eso, se convierte, para todos, en modelo y principio activo de seguimiento evangélico, de fe y de docilidad.
Jesús es la personificación de la libertad, de la nobleza, del equilibrio y, sobre todo, del Amor.
La praxis de la vida comunitaria consiste en ir entretejiendo, sin desfallecimiento y sin descanso, una red de relaciones interpersonales, cada día más profundas, que mantengan a las personas en mutua abertura y en mutua comunión.
Sobre todas las formas de vida consagrada, sigue pesando todavía un excesivo juridicismo, que ahoga a veces los mejores impulsos del espíritu.
Su resurrección no es sólo modelo y causa formal de la nuestra, sino también su principio activo y su causa eficiente.
La Iglesia ha señalado repetidamente los siguientes: Información, comunión, participación, subsidiariedad, corresponsabilidad.
Es preciso recordar el verdadero sentido y la autentica significación conciliar de las palabras renovación-adaptación
La naturaleza misma de la acción apostólica y caritativa encierra una riqueza propia que alimenta la unión con Dios.
Jesús no defrauda nunca. Muy al contrario, cuanto más se le conoce y se le trata, cuanto más se cree en su Amor y se le ama.