Liturgia Viva – 29 de Diciembre. Feria de Navidad

Fecha

01 Ene 2020
Finalizdo!

UNA LUZ PARA TODAS LAS NACIONES

Liturgia de la Palabra

Introducción a la Primera Lectura: 1 Jn 2,3-11
Uno de los textos más fuertes del Evangelio define la condición que distingue a los hijos de la Luz: amar de verdad al prójimo y comprometerse con él.

Introducción al Evangelio: Lc 2,22-35
Dios viene a su pueblo de incógnito, como un niño llevado en los brazos de su madre. Simeón, el anciano en el templo, tomó a Jesús en sus brazos y reconoció a este niño como al Salvador esperado por los judíos en el Antiguo Testamento, pero también como la Salvación para todos los pueblos y todos los hombres. Él no nos pertenece en exclusiva: es de y para todos los hombres sin excepción.

Oración Colecta

Oh Dios, Padre de la luz:
El anciano Simeón reconoció a tu Hijo
como la luz que debería iluminar a todos.
Danos a nosotros también la gracia
de saber reconocer a Jesús
cuando venga a nosotros en forma humilde,
en la persona de un niño,
un anciano, un excluido o un pobre.
Que sepamos recibirlo también
como luz en nuestras vidas personales,
y como aurora luminosa
para todas las naciones,
pues tú eres el Padre de todos
y Jesús nos pertenece a todos
como nuestro Señor y Salvador,
por los siglos de los siglos.

Oración de los Fieles

Te damos gracias, Señor Dios, luz del mundo, por iluminar el camino que nos lleva a ti. Y te pedimos: R/ Que tu luz remueva nuestra ceguera espiritual.

– Por todas las veces que nos creemos buenos, justos hijos de Dios por cumplir los ritos y las apariencias pero nuestro corazón está lejos de nuestros hermanos, te pedimos.

– Por todas las veces que nos sentimos superiores propietarios de la verdad y despreciamos a los que buscan a Dios por otros caminos con sincero corazón, te pedimos.

– Por todas las veces que hacemos “caridad” para sentirnos más buenos pero rechazamos cualquier gesto solidario que nos suponga incomodidad, te pedimos.

Oración sobre las Ofrendas

Oh Dios, Padre amoroso:
Un humilde pedazo de pan y un poco de vino
son suficientes
para hacer que Jesús venga a nosotros.
Aviva estos sencillos dones con tu Espíritu,
para que podamos acoger entre nosotros
a Jesús, que ilumina todas las naciones
con su alegría y con el luminoso amanecer
de la verdadera justicia y del profundo compromiso
de cariñoso servicio, y también con sentido de compasión
y generosidad sin límites.
Todo esto te lo pedimos
por el mismo Jesucristo
Salvador de todos, nuestro Señor.

Oración después de la Comunión

Oh Dios, Señor de luz:
Nos hemos sentado a la mesa festiva
de quien vino a unir todos los hombres
y a todos los pueblos,
cercanos y lejanos,
como hermanos
que pueden amarse y aceptarse los unos a los otros,
a pesar de todas sus diferencias
de raza y cultura, de nivel social y personalidad.
Haznos creer que esto es posible
solamente por medio de quien se hizo uno de nosotros
y entregó su vida por todos,
Jesucristo, nuestro Señor.

Bendición

Hermanos: Que el Espíritu Santo permanezca en nosotros para que sepamos reconocer y aceptar a Jesús como nuestro Señor y como Salvador de todos, al modo en que lo reconoció el anciano Simeón. Y que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes y permanezca para siempre.