Tal vez sería oportuno, para evitar lamentables y frecuentes confusiones, precisar la significación de algunas palabras que, muchas veces, se toman como sinónimas.

Tal vez sería oportuno, para evitar lamentables y frecuentes confusiones, precisar la significación de algunas palabras que, muchas veces, se toman como sinónimas.
La permanente situación de cambio, en que se halla el mundo actual, se expresa en cambios profundos, acelerados y universales (cf GS 4-9), que suponen una verdadera transformación social y cultural, y que afectan grandemente a la vida religiosa, y que han de tenerse muy en cuenta en todo el proceso de su renovación-adaptación.
La opción radical por Dios, por el Dios de Jesucristo, ha de traducirse necesariamente en una opción radical por el hombre.
La dimensión teologal-contemplativa de la Vida Consagrada
No es, tanto la muerte de Cristo la que nos ha salvado, cuanto su obediencia hasta la muerte.
Jesús es no sólo la personificación de la autoridad, sino también la personificación de la obediencia.
La praxis de la vida comunitaria consiste en ir entretejiendo, sin desfallecimiento y sin descanso, una red de relaciones interpersonales, cada día más profundas, que mantengan a las personas en mutua abertura y en mutua comunión.
Sobre todas las formas de vida consagrada, sigue pesando todavía un excesivo juridicismo, que ahoga a veces los mejores impulsos del espíritu.
Pablo VI, hablando de la obediencia religiosa, señala lo que podríamos llamar tres excepciones a la misma obediencia.
La infancia espiritual, en el sentido de Jesucristo, es lo mismo que la madurez cristiana.
¿Hay que hacer las cosas porque están mandadas, o están mandadas porque hay que hacerlas?