Sobre el pequeño pueblo, a orillas del Tirón, desciende el aire del Espíritu al son del campanil ligero que «toca a gloria». Casi en volandas se lleva a las alturas la diminuta cajita blanca. ¡Un angelito más al cielo!
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05. Rumor de Dios
Me atreveré a decir que del Espíritu sé, ante todo, por su «ausencia», aunque inmediatamente tengo que añadir que esa ausencia es mía y no de Él. Está en mí y vivo como si estuviera lejos.
04. Habitado, no colonizado
Cuando intento describir a quien creo que es el Espíritu, el Amor divino, me encuentro incapaz de reducirlo a una imagen totalizadora. No sé ponerle rostro. Lo percibo presencia permanente, colmando mi interior, causa de mis relaciones anteriores.
03. Instante infinito
Una noche tuve la experiencia viva de mi muerte -en aquel momento creí que física-. Y vi mí vida entera completamente vacía. Me presentaba ante Dios con las manos vacías. No había nada que me justificara ante Él.
02. Unción secreta
Soy un misionero-itinerante y escritor, con ganas de detenerme y de callar. No estoy depresivo; estoy seducido. Me gusta referirlo así.
01. Habla por los profetas
Si estoy abierta a Él, es capaz de iluminar mi mente y encender mi corazón con una simple volada de aire, en la lluvia de la tarde, en la sonrisa o dolor de una hermana.
La paradójica ruah divina
Así me he encontrado yo a menudo, buscadora de palabra con la que expresar no sólo mí experiencia «pneumática», sino las experiencias de quienes en las Escrituras, en la historia de mis antepasadas y antepasados, y en la actualidad, intuyeron el paso de l
Con la misma vida del Padre
Como del tiempo dijera san Agustín, si no me lo preguntas, sé quién es; pero si me lo preguntas, no sé qué decir.
06. El Espíritu: música y campana
Sobre el pequeño pueblo, a orillas del Tirón, desciende el aire del Espíritu al son del campanil ligero que «toca a gloria». Casi en volandas se lleva a las alturas la diminuta cajita blanca. ¡Un angelito más al cielo!
05. Rumor de Dios
Me atreveré a decir que del Espíritu sé, ante todo, por su «ausencia», aunque inmediatamente tengo que añadir que esa ausencia es mía y no de Él. Está en mí y vivo como si estuviera lejos.
04. Habitado, no colonizado
Cuando intento describir a quien creo que es el Espíritu, el Amor divino, me encuentro incapaz de reducirlo a una imagen totalizadora. No sé ponerle rostro. Lo percibo presencia permanente, colmando mi interior, causa de mis relaciones anteriores.