Y escribo redención con minúscula. Me refiero a las pequeñas liberaciones. El amor del cónyuge es liberador. Libera de la pandilla cuando se singulariza la mirada amorosa. Libera de la soledad y la incertidumbre.

Y escribo redención con minúscula. Me refiero a las pequeñas liberaciones. El amor del cónyuge es liberador. Libera de la pandilla cuando se singulariza la mirada amorosa. Libera de la soledad y la incertidumbre.
“Voy por el tercer matrimonio” así se expresa un alto ejecutivo en una conversación a través de la radio. Al parecer se trata de un ejecutivo de éxito; que orienta a otros a tener más éxito profesional.
Vivimos en la sociedad de la información; la comunidad virtual tiene cada vez más extendido influjo en la configuración de nuestras referencias, relaciones y emociones. Lo que no sale en las redes sociales, parece que no existe.
El amor conyugal para ser realmente signo sacramental tiene que tener ciertas características: consciente y libre, capaz de donación, entre hombre y mujer, fiel, total, fecundo.
Está cerca el la fiesta de la Sagrada Familia. Retorna cada año en Navidad. Los ojos se fijan en una familia peculiar a la que llamamos sagrada. Nos recuerda episodios de Belén y Nazaret, situaciones de asombro, incertidumbre y amenaza.
En la realidad de la vida, prevale el número de personas buenas y amorosas, generosas y serviciales. Hay mucha gente que se siente feliz haciendo el bien a los demás.
El Documento de Trabajo preparado para la primera fase del Sínodo de los obispos sobre los “desafíos pastorales de la familia en el contexto de la evangelización” dedica el segundo capítulo entero a tratar sobre “el conocimiento y la recepción” del mensaje eclesial sobre el matrimonio y la familia.
Se acerca la celebración del Sínodo extraordinario de los obispos sobre “Los desafíos pastorales de la familia en el contexto de la evangelización”. Tendrá lugar en el mes de octubre.
Y escribo redención con minúscula. Me refiero a las pequeñas liberaciones. El amor del cónyuge es liberador. Libera de la pandilla cuando se singulariza la mirada amorosa. Libera de la soledad y la incertidumbre.
“Voy por el tercer matrimonio” así se expresa un alto ejecutivo en una conversación a través de la radio. Al parecer se trata de un ejecutivo de éxito; que orienta a otros a tener más éxito profesional.
Vivimos en la sociedad de la información; la comunidad virtual tiene cada vez más extendido influjo en la configuración de nuestras referencias, relaciones y emociones. Lo que no sale en las redes sociales, parece que no existe.