Hace algunos años, una amiga mía estaba enfrentándose con el nacimiento de su primer hijo. Aunque estaba contenta porque estaba a punto de ser madre me confesó abiertamente sus temores acerca del proceso real de nacimiento, el dolor, el peligro, lo desconocido.
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muerte
Forcejeando con la Bendición de Mi Padre
Mi padre murió cuando yo tenía veintitrés años; yo entonces era seminarista, inmaduro todavía, aprendiendo aún las malicias la vida. A cualquier edad es duro perder a tu padre, pero mi pena aumentó por el hecho de que justamente había yo comenzado a apreciarle.
«Ars moriendi» o el arte de morir
El arte de morir se aprende durante la vida. Quien sabe aceptar las muertes que advienen, y muere una y otra vez, con belleza, con estilo, con amor, hará de su muerte un recuerdo imborrable, una obra de arte, patrimonio de la humanidad.
En la muerte de un hermano
Señor Jesús, tú que lloraste la ausencia de un amigo, comprendes hoy el dolor de nuestra familia.
Ante la muerte del esposo y padre
Mi capacidad de comprender no encuentra reposo y me percibo como un niño ante un rompecabezas que no sabe descifrar.
Ante la muerte de la madre
Aunque sea previsible su pérdida, se hace difícil evitar el dolor que causa la ruptura de la pertenencia.
Reconfortantes pensamientos sobre un tema duro
Hace algunos años, una amiga mía estaba enfrentándose con el nacimiento de su primer hijo. Aunque estaba contenta porque estaba a punto de ser madre me confesó abiertamente sus temores acerca del proceso real de nacimiento, el dolor, el peligro, lo desconocido.
Forcejeando con la Bendición de Mi Padre
Mi padre murió cuando yo tenía veintitrés años; yo entonces era seminarista, inmaduro todavía, aprendiendo aún las malicias la vida. A cualquier edad es duro perder a tu padre, pero mi pena aumentó por el hecho de que justamente había yo comenzado a apreciarle.
«Ars moriendi» o el arte de morir
El arte de morir se aprende durante la vida. Quien sabe aceptar las muertes que advienen, y muere una y otra vez, con belleza, con estilo, con amor, hará de su muerte un recuerdo imborrable, una obra de arte, patrimonio de la humanidad.
En la muerte de un hermano
Señor Jesús, tú que lloraste la ausencia de un amigo, comprendes hoy el dolor de nuestra familia.
Ante la muerte del esposo y padre
Mi capacidad de comprender no encuentra reposo y me percibo como un niño ante un rompecabezas que no sabe descifrar.