Comentario al Evangelio del 4 de junio de 2024
Jesús rechazó el dominio despótico: “Entre los paganos hay jefes que creen tener el derecho de gobernar con tiranía a sus súbditos, y sobre estos descargan los grandes el peso de su autoridad. Pero entre vosotros no debe ser así” (Mc 10,42-43)
Lo líderes religiosos de Israel quieren sorprender a Jesús para poder desacreditarlo, acusarlo y condenarlo. Le hacen la pregunta si es lícito pagar impuestos al césar. Jesús sabe que la pregunta capciosa, es una trampa y les desenmascara. Jesús habla y actúa con libertad: las monedas que tienen la efigie de césar, ¡para el césar! El pueblo de Dios que es de Dios, ¡para Dios! El pueblo no es propiedad del césar. No hay que dar a ningún césar lo que es de Dios: la vida y la dignidad de todos los hombres.
Al César se le devuelve lo que viene de la autoridad civil, terreno donde tenemos que estar e impulsar el Reino de Dios. A Dios lo que de Él viene, para llevarlo a la meta que Jesús nos ha propuesto, que es terrena pero orientada a la eternidad. Al dinero no hay que darle tanta importancia.
Cordialmente
Salvador León, cmf