Comentario al Evangelio del día 20 de Noviembre de 2024
De camino a Jerusalén, Jesús cuenta a los que van con él una historia de un rey que se va de viaje y deja encargados de sus negocios a unos cuantos de sus siervos/ministros. Espero que ellos cuiden el reino e incrementen sus riquezas mientras que él se ocupa de sus asuntos. Algunos lo hacen pero otros/otro deciden no hacer nada productivo al servicio del rey. Además, a la mitad y al final de la historia se hace una alusión a los que no querían que el rey volviese. También para ellos hay un castigo ejemplar. Porque el rey vuelve con su título real y ejerce como rey.
Dice el evangelio que Jesús cuenta la historia porque algunos pensaban que el reino de Dios iba a despuntar de un momento para otro. Pero resulta que no. El rey de la historia se va de viaje pero no dice exactamente cuándo va a volver. Su llegada no se anuncia y encuentra desprevenidos a los siervos y a los miembros de la oposición.
Así estamos nosotros ahora en este tiempo intermedio. Esperamos la llegada del Reino pero todavía no ha llegado. Los tesoros están en nuestras manos. Ahora somos los responsables de ir construyendo el Reino, de incrementar sus riquezas. Lo último que podemos hacer es considerarnos los dueños del corral y hacernos a nosotros mismos los reyes. Sería un gran error. No está el Evangelio a nuestro servicio sino nosotros al servicio del Evangelio. No estamos para discutir teorías ni perdernos en asuntos nimios (si hay que poner dos o tres velas en el altar, si hay que comulgar en la boca o en la mano…) sino para ponernos todos al servicio de la buena nueva, para anunciar a los hombres y mujeres de nuestro tiempo la buena nueva de la salvación, la noticia de que el amor de Dios es más grande que todo lo que podamos imaginar, que rompe todas las barreras, que no pone condiciones, que lo mejor que podemos hacer es amar y servirnos unos a otros, especialmente a los más pobres, marginados, abandonados, pecadores. Porque eso fue lo que hizo Jesús. Porque esa es la única manera de anunciar el Reino.
Sólo así lograremos ir construyendo el Reino y tenerlo todo preparado para cuando vuelva el Rey. Ahora es nuestro tiempo. Ahora es nuestra responsabilidad.
Fernando Torres, cmf