Comentario al Evangelio del día 8 de agosto de 2024
Santo Domingo de Guzmán
A muchos de nosotros nos interesa, nos produce curiosidad, o nos importa bastante la imagen que damos a otros. Es una señal de nuestra propia inseguridad. Necesitamos reconocimiento y aceptación. No es muy probable que Jesús necesitara ese reconocimiento, seguro como estaba en su Padre. ¿Por qué pregunta, entonces? Como buen maestro, quizá esté haciendo un examen, no para calificar a sus discípulos, sino más bien para ayudarlos a verbalizar lo que están aprendiendo de él. “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”, es la respuesta de Pedro que lo resume certeramente. Es la afirmación de la identidad y misión de Jesús. Bastaría con eso, pero cuando Jesús explica lo que implica esa misión en términos concretos, Pedro ya no quiere aceptar la parte más difícil de la Pasión y la muerte. La pregunta, entonces, se vuelve a nosotros: “¿Quién dices que soy yo?”. Al confesar quién es Cristo, nos arriesgamos a aceptar también las partes más difíciles de esa misión salvadora, que implican dolor, sufrimiento, pero también la gloria de la Resurrección.
Parece que santo Domingo, cuya fiesta celebramos hoy, entendió bien la pregunta y dedicó su vida a extender la verdad de Cristo. Fundó la Orden de Predicadores en el siglo XIII, enseñó, predicó, combatió herejías en Europa. A su vez, también recibió, según la leyenda, una pregunta de María, también didáctica, para provocar la respuesta total de Domingo: “¿Sabes, querido Domingo, de qué arma se ha servido la Santísima Trinidad para reformar el mundo?” “Oh Señora,”, responde Domingo, “tú lo sabes mejor, ya que fuiste el principal instrumento de nuestra salvación”. Y la Virgen le da el Rosario, la meditación sobre la totalidad de los misterios de Cristo, la luz para responder a la pregunta: ¿Quién es Jesús para ti?”. En la meditación de los misterios se va desvelando la respuesta… y las consecuencias prácticas para la vida. Se trata de aceptarlo todo: el gozo, la luz, el dolor, la gloria…Entonces podemos decir: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo… no como Pedro, sino con todas las consecuencias.
Carmen Aguinaco