Comentario al Evangelio del día, martes 20 de agosto de 2024.
El texto evangélico de hoy sigue al de ayer. Los discípulos se han quedado sorprendidos al ver que Jesús pedía al joven rico que lo dejase todo, todo. Y que lo entregase a los pobres antes de seguirle. Además, Jesús pone la comparación del camello y el ojo de la aguja y los discípulos se quedan espantados. Conclusión para algunos: las riquezas son del demonio y los ricos son mala gente. No se va a salvar ni uno.
Sinceramente no creo que ésta sea la conclusión adecuada. Más bien lo que nos dice Jesús es que hay que tener claras las prioridades. El que ponga el dinero y las riquezas por delante de Jesús y del Reino, ese va a tener difícil y complicado lo de la salvación porque se equivoca al poner el valor central de su vida en las riquezas y no en el Reino.
El Reino es el centro de todo en Jesús. Y todo el que quiera seguirle ha de poner todo lo que es y lo que tiene al servicio del Reino, que no es otra cosa que la justicia y la fraternidad de los hijos e hijas de Dios. ¿Eres inteligente? Pon tu inteligencia al servicio de tus hermanos. ¿Tienes riquezas? Pon esas riquezas al servicio de tus hermanos. Y así podíamos seguir con todas las cualidades, con todas nuestras fuerzas, con todo lo que poseemos. Como dijo un teólogo de la liberación hace ya muchos años: hay que pasarse a los pobres con armas y bagaje. Quería decir que no se trata de renunciar a lo que somos y tenemos sino de ponerlo todo al servicio de los más pobres.
Ahí es donde vamos a encontrar la salvación. Ahí es donde vamos a encontrar la vida, la Vida con mayúsculas, la que vale la pena vivir porque no termina, porque es para siempre.
Aferrarnos al dinero o a otras cosas como si ahí estuviese la salvación es un grave error. A corto plazo nos puede hacer sentir seguros, pero al final no vale para nada. La vida no está en el dinero ni en las grandes casas ni en los cochazos ni en las cuentas corrientes con muchos ceros. La vida se encuentra en el abrazo fraterno del hermano, en el amor que es siempre gratuito. Esa es la vida que merece la pena vivir. Esa es la vida del Reino.
Fernando Torres, cmf