Comentario al Evangelio del día, viernes 23 de agosto de 2024.

Fecha

23 Ago 2024
Finalizdo!

En el Evangelio de hoy dice que los saduceos, maestros de la ley también, le hacen una pregunta a Jesús: “¿Cuál es el mandamiento principal de la ley?” Dice el Evangelio que el objetivo de la pregunta no era conocer la respuesta sino ponerlo a prueba. Es decir, dependiendo de la respuesta sabrían como situar a Jesús, si como fiel y observante judío o como un hereje al que había que condenar.

Creo que también había una motivación algo más profunda. En un mundo como el judío de aquel tiempo, lleno de reglas y normas –se contaban por cientos– su cumplimiento aseguraba la salvación. En el fondo late la preocupación por la relación con Dios, un señor todopoderoso del que depende la salvación o la condenación. La pregunta por cuáles normas hay que cumplir se convierte en la pregunta fundamental que hay que responder para saber a qué atenerse. La vida futura depende de dar con la respuesta acertada.

Durante una gran parte de la Edad Media para muchos cristianos esa fue la pregunta clave de sus vidas: ¿me salvaré o no me salvaré? ¿cómo asegurarme que estoy en el buen camino? Pero no ha desaparecido la pregunta. Hoy en día, sigue habiendo personas que se hacen esa pregunta. Y no son siempre personas mayores.

Lo mejor está en la respuesta de Jesús. Más que responder a la pregunta sitúa la cuestión en una clave diferente. Donde el preguntador colocaba “mandamientos a cumplir”, Jesús habla de amor. Amar a Dios y amar al prójimo son los elementos clave de la nueva realidad del Reino de Dios. Ya no se habla de normas, mandamientos ni leyes. Se habla de amor. Y, como es lógico, no se puede “amar” por obligación. El amor sale del corazón. Al amor le sobran las leyes y las normas. El amor es siempre agradecimiento porque sentimos, experimentamos, que el otro nos ha regalado mucho más de lo que hemos dado. Dios nos ha regalado la vida. Y, ante él, solo podemos estar agradecidos.

Pasar de la norma y la ley al amor es entrar en el Reino. Quedarse en la ley es permanecer a la puerta pero por el lado de fuera. ¡Adelante! Que esa puerta está siempre abierta.

Fernando Torres, cmf

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