Comentario al Evangelio del domingo, 2 de abril de 2023

Fecha

02 Abr 2023
Finalizdo!
Enrique Martínez de la Lama-Noriega, cmf

Situarme yo hoy ante el relato de la Pasión


 

 

          Cuando nos acercamos a un texto bíblico (por ejemplo la Pasión del Señor), tenemos que hacerlo sabiendo que es Palabra Viva que Dios nos dirige hoy. Y que ha de ayudarnos a cuestionar, reflexionar, interpretar nuestra realidad personal y social. Leerlos sólo como información histórica es insuficiente. Porque los evangelistas quisieron recoger sus vivencias, reflexiones y sentimientos sobre aquellos hechos, y nos los transmitieron para que nosotros los «actualicemos». El Señor sigue hoy siendo «apresado», «juzgado», despreciado, condenado, insultado, ayudado, defendido…etc. Su Pasión, su Pascua, ocurrenhoy, son actuales… con los mismos personajes, si bien, con distintos«actores». 
           Por eso os invito a que nos traslademos mentalmente, personalmente (tal como estemos ahora), a Jerusalem en aquellos días. Vamos a dar un salto en el tiempo hasta los últimos momentos de la vida de Jesús, y a «meternos» en los hechos, a ser de algún modo protagonistas junto con los discípulos, la gente, las autoridades, etc, tratando de implicarnos, de ocupar «nuestro sitio» en el relato.
 

             ¿Y si tuviéramos que repartirnos los «papeles» de la Pasión entre nosotros? ¿Cuál podría ser mi sitio? ¿Qué personajes se parecen más a mí, encajan mejor conmigo (puede que más de uno)? Repasemos algunos de ellos: 

         Si llevas en tu corazón secretos inconfesables, y los escondes para que nadie se entere; si estás en el grupo de Jesús, pero no te has identificado realmente con él y con su causa, no te has hecho de verdad «discípulo»,  posiblemente hay un Judas “amigo”, comiendo del mismo plato en su mesa, pero al final acabarás entregándolo.
     ♠ Si notas que el dinero ha ocupado tu corazón, y te ha hecho romper relaciones familiares o personales, si andas calculando favores y deudas, y procuras sobre todo tu ganancia/beneficio, si tienes otros intereses que se anteponen a los intereses del Reino, y quitas de en medio al Señor cuando te estorba o ya no te interesa… puedes sospechar que dentro de ti hay un Judas.
     ♠ Si has dicho de palabra que darías tu vida por Cristo y por el Evangelio, si te consideras más fuerte y fiel que los demás ("aunque todos fallen, yo no fallaré"), si crees que lo tienes todo claro y se te va la fuerza por la boca… no dudes que dentro de ti hay un Pedro autosuficiente.
     ♠ Si sabes de alguien hundido en su tristeza y desesperanza, orando al Padre con angustia, buscando una salida, queriendo saber cuál es su voluntad ("¿Con que no habéis podido estar en vela conmigo ni siquiera una hora?"). Si tú mismo no eres fiel en la oración para enfrentarte a tus tentaciones, tal como te advirtió el Señor ("Velad y orad, para que podáis hacer frente a la tentación")… ten por seguro que eres uno de los discípulos que aquella noche se durmieron o huyeron.
     ♠ Si te ocurre que alguien te pregunta por tu identidad cristiana, por tus creencias, por tus opciones… y  prefieres esconderte en el anonimato, poner excusas y no dar cara para evitarte complicaciones («¡No conozco a ese hombre!»), la cosa está clara, ¡te pareces mucho a Pedro!
     ♠ Si te encuentras ante una injusticia, o debieras defender al débil, al descartado, al humillado en sus derechos y prefieres mirar para otro lado; si alguien «cae» en tus manos y tienes ocasión de hacerle algún tipo de daño, burlarte, ponerle en aprietos, acusarle falsamente o sin pruebas… y te sientes con el derecho de juzgar y condenar… te vendría muy bien el puesto de Anás  y Caifás o Pilato.
     ♠ Si te sientes mas cómodo con la religión de las normas, de las obligaciones, de las prohibiciones, de los ritos y cumplimientos… en vez del Evangelio del amor; si te preocupa más la piedad y la perfección personal, que el bien de las personas, o la ayuda a quien está perdido o sin salidas en su vida… Si eres capaz de acusar y atacar y despreciar a alguien porque no piensa como tú, serías un estupendo Anás o Caifás.
     ♠ Si te cruzas con alguien sufre y camina cargando la cruz de su pobreza, de su marginación, de su dolor…  y tú, aunque estás cansado y tienes ganas de llegar a casa y descansar, te das la vuelta y le prestas cualquier tipo de ayuda o alivio…, felicidades, porque el papel del Cireneo es el tuyo.
     ♠ Si encuentras tiempo para acercarte a la cama del enfermo que suda y sufre, para acompañar al anciano solitario o desmemoriado, si sabes acariciar y limpiar el rostro deteriorado por el dolor y la marginación y enjugar las lágrimas… aunque no te dejen o no puedas hacer nada más… eres como "aquellas mujeres que habían seguido a Jesús desde Galilea para asistirlo"… Como la Verónica, o la Magdalena o la Madre de Jesús.
     ♠ Si eres capaz de reconocer tus propias culpas, que en tu vida has andado desnortado, que has eludido la justicia, que te has aprovechado de lo que no era tuyo, y pides humildemente perdón…. podrías ocupar el lugar del «buen ladrón».
     ♠ Si al mirar el rostro manchado de la Iglesia, sus errores y escándalos, sus incoherencias y pecados, aún eres capaz de reconocer en ella el rostro de Jesús y adorarlo… eres como el Centurión ante el cuerpo destrozado del Señor.
     ♠ Si te enteras de alguna persona o familia que lo está pasando mal, y te haces cargo de sus necesidades,  anónima y calladamente, si pagas alguna de sus facturas, si les echas una mano como sea, si hablas con alguien para aliviar su situación, aunque nadie te lo agradezca…. habremos encontrado a José de Arimatea

              Podría ser éste un buen modo de hacer tu oración en estos días. Me ha parecido más conveniente que hacer un comentario homilético habitual. Puedes hacerlo antes o después de asistir a la celebración, siguiendo la versión de la Pasión de San Mateo. Lo importante es que no pasemos estos días como «espectadores pasivos» de acontecimientos de hace mil años, como si todo aquello fuera «historia» pasada. Que nos dé mucha pena lo que le pasó al Señor Jesús… y nos olvidemos que él continúa su Pasión hoy en el pellejo de tantas víctimas… 

Ojalá que nos sintamos «llamados»  a parecernos más al Cireneo, al Centurión, a María, al discípulo amado…. 
Que así sea. Que vivas una Santa Semana Santa y que el Espíritu del Señor haga resucitar algo de tu vida.

Quique Martínez de la Lama-Noriega, cmf

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