Llega la cena. No fue una cena normal. Fue tan poco normal que desde entonces se convirtió en el signo de identidad de los seguidores y discípulos de Jesús. Hoy seguimos celebrando la eucaristía, la misa –el nombre es lo de menos–. Es la celebración más importante para los que creemos en Jesús. La eucaristía, cada eucaristía, es muchas cosas al mismo tiempo y todas son importantes.
- La eucaristía es celebración de fe de la comunidad cristiana en la que se hace presente Jesús mismo en la Palabra y el pan compartido.
- La eucaristía es expresión de la fraternidad cristiana, de la fraternidad de los que participan en la celebración y de la fraternidad del reino que va mucho más allá de todas las fronteras.
- La eucaristía es acción de gracias, como su nombre significa. En ella la comunidad agradece esa presencia vivificante y salvadora de Jesús en su medio.
- La eucaristía es compromiso de toda la comunidad cristiana y de cada uno por construir el Reino en justicia y misericordia.
- La eucaristía es tiempo privilegiado de escucha de la Palabra de Dios en comunidad.
- La eucaristía es compartir el pan y el vino, es mesa compartida, todos como hermanos y hermanas.
- La eucaristía es el recuerdo y la memoria de la entrega total de Jesús a la voluntad del Padre, sin medida, como signo del amor del Padre que desea nuestro bien.
- La eucaristía es Jesús lavando los pies a sus discípulos, invitándonos a hacer de nuestra vida un servicio total.
- La eucaristía son puertas abiertas a la comunidad universal, en la que no se excluye a nadie.
- La eucaristía es anuncio y signo de que otro mundo, marcado por la fraternidad y amor mutuo es posible.
- La eucaristía es compromiso de servicio y entrega mutua de la comunidad y de cada creyente al servicio de los excluidos, pobres y marginados.
¡Qué gran regalo conmemoramos este Jueves Santo!