Comentario al Evangelio del jueves, 30 de junio de 2022
Paulson Veliyannoor, CMF
Prueba de discipulado
Humanamente hablando, es mucho más fácil decir "lárgate" que decir "te perdono" a nuestros enemigos. Si perdonar fuera tan fácil, ¡qué diferente habría sido nuestro mundo, y qué libre de guerras y armas! Pero también es evidente que para Jesús el perdón era tan fácil que a menudo las palabras de perdón eran las que brotaban de él incluso en los momentos más duros, como en la cruz. Afortunadamente, es este don de la "facilidad de perdonar" el que Jesús ha ofrecido a cada seguidor como gracia y mandato. La misión que se nos ha confiado es la de "predicar el arrepentimiento y el perdón de los pecados a todas las naciones" (cf. Lc 24,47). Honramos a los primeros mártires de la Iglesia de Roma: lo que destaca de los mártires cristianos, empezando por San Esteban, es la facilidad con que perdonan a los infractores. Quizá sea ésta la verdadera prueba de nuestro discipulado cristiano: la facilidad con la que podemos perdonar a quienes nos ofenden.