Comentario al Evangelio del lunes, 24 de octubre de 2022
Paulson Veliyannoor, CMF
Dar voz a los sin voz
Al igual que la resurrección del hijo de la viuda de Naín (cf. Lc 7,11-17), aquí tenemos otra ocasión en la que Jesús responde a la situación de una mujer sin que se lo pidan. ¿Por qué lo hace? Por supuesto, está en el ADN de Jesús el sentirse movido por la compasión hacia los que sufren. Sin embargo, en este contexto hay algo más. Quizás Jesús era muy consciente del silenciamiento y la marginación de las mujeres en las sociedades patriarcales. ¿Cuántas mujeres, incluso hoy, pueden expresar sin miedo sus necesidades? Por eso, Jesús, que conocía los corazones humanos, no esperaba a que las mujeres se acercaran a él y le pidieran lo que necesitaban; les tendía la mano y satisfacía sus necesidades incluso antes de que pudieran encontrar su voz.
Hoy honramos la memoria de San Antonio María Claret (1807-1870), que se apropió de ese rasgo de Jesús. Claret se adelantó a su tiempo al hablar contra la esclavitud y exigir un trato digno para los esclavos, mientras era arzobispo en Cuba.