Comentario al Evangelio del lunes, 28 de noviembre de 2022
Paulson Veliyannoor, CMF
Atreverse con la palabra
Las palabras del centurión – "Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; pero sólo di la palabra, y mi siervo quedará curado"- asombraron tanto a Cristo que las hemos incorporado a nuestra celebración de la Eucaristía. ¿Qué revelan esas palabras? En primer lugar, reconocen la autoridad y el poder supremo de Cristo: la Palabra del Padre, la Palabra que creó todo en el universo. Si la Palabra puede crear, también puede recrear y revivir. En segundo lugar, las palabras del centurión reconocen su propia indignidad, provocando casi una comparación con la respuesta de Isaías (cf. Is 6,5) ante la visión de la santidad de Dios. Por último, las palabras también desafían a Cristo a pronunciar la palabra y efectuar la curación, a pesar de la indignidad del peticionario. Sólo un alma con profunda fe y confianza en la bondad y el amor de Dios puede pronunciar tales palabras a Cristo. Al rezar estas palabras en el Rito de la Comunión, ¿qué significados pretendemos?