Comentario al Evangelio del lunes, 31 de enero de 2022
Paulson Veliyannoor, CMF
Pharmakos
En la antigua Atenas, el Estado elegía a algunos hombres de los márgenes de la sociedad y los retenía. Cuando una crisis amenazaba a la sociedad, echaba suertes, elegía a uno de ellos, lo desnudaba, lo hacía desfilar por las calles donde todos se reunían para abusar de él y lo sacrificaba fuera de la ciudad. Era el "pharmakos", que significa veneno y cura. Al absorber los males de la sociedad –que eran una legión– se convertía en veneno; con su muerte, se convertía en su cura. (¿Reconoces una dinámica similar en la farmacología?)
El hombre entre las tumbas absorbió la legión de males de la sociedad y ésta vivió una vida "normal" a su costa.El hecho de que Jesús lo liberara alteró el equilibrio social cuidadosamente calibrado:
¿quién soportaría ahora por ellos sus demonios interiores?
¿A quién echarle culpa de sus propios pecados y pretender ser virtuosos?
Pero Jesús les devuelve al hombre curado, para ayudarles a asumir sus demonios y encontrar la curación en la misericordia de Dios.