Comentario al Evangelio del lunes, 4 de julio de 2022
Paulson Veliyannoor, CMF
El filo de su capa
Desde el momento en que Jesús salió con el funcionario de la sinagoga y hasta que llegó a su casa, ¿no pasó entre muchas multitudes, codeándose con ellas? ¿No hubo gente que lo vio pasar, pero no le dio mucha importancia? Tal vez hubo muchos que se burlaron del propósito de su viaje, como los de la casa del funcionario. Pero Mateo nos habla de esta señora que, con profunda fe, se atrevió a alcanzarlo y tocarlo con fe y expectación. Su fe era tan grande que ni siquiera quiso detenerlo para que le dedicara tiempo; le bastó con llegar a tocar el borde de su manto, cuando él pasaba. Tal fe no podía quedar sin recompensa.
¡Cuántas veces pasa de largo el borde de su manto y cómo lo pasamos por alto, una y otra vez! O peor aún, ¡nos quedamos parados y nos reímos de los que intentan alcanzarlo y tocarlo!