Comentario al Evangelio del martes, 12 de septiembre de 2023
Alejandro Carbajo, CMF
Queridos hermanos, paz y bien.
Nos recuerda el salmo hoy que “El Señor es bueno con todos”. Dan testimonio las muchas personas a las que Jesús sanó de sus enfermedades. Eran muchos los necesitados de sanación en tiempo de Jesús. Por eso, Jesús reunió a un grupo de seguidores, para poder llegar a más y más gente.
Es interesante que, antes de tomar esa decisión tan importante – elegir a su grupo de Apóstoles – Jesús se retiró a orar, y se pasó la noche en oración. Nosotros podemos pensar en cómo tomamos las decisiones que afectan a nuestra vida- ¿Las rezamos antes? ¿O vamos probando, a ver cómo sale? Para reflexionar.
A nosotros, nos dice Pablo en la primera lectura, nos han sepultado en el bautismo de Cristo, para que resucitemos con Él. Casi nada. “Arraigados en él, dejaos construir y afianzar en la fe que os enseñaron, y rebosad agradecimiento”. Podemos imaginarnos la alegría que sintieron los elegidos, al oír sus nombres de boca de Jesús. Seguramente, darían muchas gracias por esa llamada especial, a un seguimiento más cercano.
Quizá entonces no entendieran del todo lo que significaba, pero seguro que se entregaron en cuerpo y alma a la tarea. Antes y, sobre todo, después de la resurrección de Jesús. Ellos también sintieron que fueron perdonados todos sus pecados, borrado el protocolo que los condenaba, y enviados a seguir con la misión salvadora de Cristo.
Muchos necesitados siguen hoy llamando a nuestras puertas. Gente que quiere ser liberada de sus enfermedades, sentir la fuerza que continúa saliendo de Jesús. Tú, como yo, en algún momento de tu vida has sentido esa fuerza, ese amor que libera y permite comenzar de nuevo. Te toca ahora seguir transmitiendo el mensaje. ¿Qué vas a hacer?
Vuestro hermano en la fe, Alejandro. C.M.F.