Comentario al Evangelio del martes, 29 de agosto de 2023
Fernando Torres, cmf
Martirio de San Juan Bautista
En los juegos del poder siempre termina perdiendo el más débil. El Evangelio de hoy es un claro ejemplo. No nos queda claro quién era el que verdaderamente mandaba en aquel palacio. Ciertamente era Herodes el que tenía el poder nominal. Él era el rey. Pero su mujer parece que también mandaba mucho. Y entre los dos había una cierta pugna por ver quién mandaba realmente. La lucha entre marido y mujer llegó hasta tal punto que el rey se vio obligado a hacer lo que, según el Evangelio, no quería hacer. Terminó matando, asesinando al profeta.
Lo lógico era que se hubiesen enfrentado con claridad los dos aspirantes al poder total: Herodías y Herodes. Y entre ellos hubiesen dirimido el conflicto. Lo lógico era que uno de ellos hubiese resultado ganador y el otro se hubiese llevado las heridas. Pero no fue así. No suele ser así. La lucha se dirimió en otro terreno y terminó llevándose las heridas mortales el tercero en discordia, la parte más débil: el profeta. Herodes y Herodías no llegaron casi ni a tener un debate dialéctico. Todo quedó entre ellos muy educado. Ni una mala palabra. Pero Juan terminó decapitado.
Suele ser así. Cuando dos poderes se enfrentan, suelen otros los que se llevan la peor parte. Revisemos la historia y así ha sido en casi todas las guerras. Basta con recordar lo que se llamó la guerra fría durante los años 50 y 60 del pasado siglo. Rusia y los países occidentales no se enfrentaron nunca directamente. Fueron muchos países pobres donde se enfrentaron los grandes, pero siempre a través de intermediarios que eran los que ponían la sangre. Pero no hay que pensar solo en las naciones, podemos pensar también en las empresas, los partidos políticos, las familias, los grupos de amigos y, para ser realistas, también en la iglesia pasan estos juegos de poder.
Jesús renunció a participar en esos juegos de poder. Así terminó como terminó, en la cruz. ¿Cuándo conseguiremos que el poder sea un servicio y no ocasión de dominación y opresión de los más pobres?