Comentario al Evangelio del martes, 8 de agosto de 2023
Juan Carlos Rodriguez, cmf
Sto Domingo de Guzmán
Querida hermana, querido hermano:
¿No te parece que es siempre importante que nos preguntemos a cerca de la razón de fondo, del sentido que tiene las cosas que hacemos, que practicamos, que conservamos? ¿No te parece relevante?
Esta es la pregunta que ha aflorado a mi conciencia al escuchar el texto evangélico de hoy sobre la tradición y la verdadera pureza.
Y reflexiono mirando mi vida concreta: desde las prácticas. Creo que a ello nos invita la Palabra.
¿Qué está detrás de todas las prácticas del día a día de mi vida creyente? ¿Qué valor está a la raíz y quiero cultivar, cuidar, hacer crecer?
Fiel, lo que se dice fiel, no se nos puede reclamar serlo a algo exterior sin más. Fiel no se puede ser automáticamente, por inercia o por acostumbramiento.
Fiel estoy llamado a serlo, estás llamado a serlo cuando la libertad interior se mantiene tan limpia que puede cuestionar la oportunidad, la necesidad, la relevancia, o la pertinencia de cualquiera de las prácticas, usos y costumbres que pueblan mi vida creyente.
Nunca puede estar el precepto por encima de la vida verdadera.
Nunca puede estar la tradición por encima de la novedad que engendra la vida de Dios en cada momento del devenir histórico.
Nunca puede estar la letra por encima del espíritu.
El Dios de nuestros padres prometió darnos un corazón nuevo. Solamente desde un corazón nuevo, instalado en el hondón de la persona, se generarán prácticas nuevas.
Señor, enséñame a rescatar de la tradición las semillas de vida que encierran las prácticas recibidas.
Señor, renueva mi interior y libera mi corazón de todos los sentimientos, ideas, valoraciones que lo contaminan y hacen inviable la novedad de tu Evangelio.
Señor, que todas mis prácticas, se encaminen -siempre y solamente- al bien y a la justicia de tu Reino.
Tu hermano.
Juan Carlos, cmf
@juancarlosrodriguez58