Comentario al Evangelio del Miércoles 16 de octubre de 2024

Fecha

16 Oct 2024
Finalizdo!

Cargas de distintos tipos

La vida humana nunca está libre de cargas. Algunas son más pesadas que otras. Algunas vienen dadas por el curso natural de acontecimientos, y otras vienen impuestas por quienes quisieran ser más, gobernar, dominar. Las lecturas del Evangelio de hoy, tanto la del día del tiempo ordinario como la de santa Margarita hablan de cargas de distintas maneras. En Lucas, las cargas las ponen los maestros de la Ley, que imponen cargas y normas absurdas sobre el pueblo, pero que no mueven un dedo por ayudar a llevarlas. En Mateo, la carga la pone el propio Jesús. Pero es una carga suave, ligera. Es un “yugo”. Y en el yugo se enlazan dos cabezas; de manera que la carga se lleva entre dos. Y en este caso, la otra cabeza es la del propio Cristo. “Mi yugo es suave”, dice. Pero hay que aprender de él. Las cargas de los maestros de la Ley no se pueden llevar porque están impuestas desde la prepotencia y la soberbia.

Pero, en la otra parte del yugo que nos presenta Jesús está su cabeza que es mansa, al contrario de la que impone cargas.

Es de suponer que, si uno de los bueyes que llevan el yugo es terco, insolente, rebelde e independiente, y el otro es suave y manso, las cosas se van a poner difíciles. No se va a poder caminar ni avanzar. El Señor tirará para el lado de su sabiduría y bondad y verdad, y el otro hacia su gusto, comodidad y sentimiento. Querrá hacer su propia voluntad en lugar de la de Dios, y eso dificultará enormemente la tarea. Además, si se lleva la carga a regañadientes, sin contar con la ayuda, con insolencia y rebeldía, el cansancio de la faena va a ser mayor, por la energía empleada en la pelea… Pero el Señor invita a descansar, a caminar en la misma dirección con él, sabiendo que él lleva la mitad de la carga y que, por lo tanto, es suave. Y entonces viene ese alivio prometido.

Cármen Aguinaco