Comentario al Evangelio del miércoles, 17 de junio de 2020
Edgardo Guzmán, cmf
Queridos amigos y amigas:
En el Evangelio de hoy Jesús nos invita a discernir el modo de vivir nuestra práctica religiosa. La limosna, la oración y el ayuno eran los pilares de la religiosidad judía. Jesús advierte a sus discípulos del peligro que se corre de vivir de modo superficial e hipócrita las practicas religiosas. Es una fuerte crítica, en línea con toda la denuncia profética, a una religión institucionalizada que se preocupa sólo de sí misma y que busca con normas, leyes y disciplina asegurar la experiencia religiosa, vaciándola de contenido hasta convertirla en meros ritos rutinarios.
Frente a este riesgo de vivir una religiosidad vacía solo para ser vistos, Jesús propone a sus seguidores algunos principios para una práctica religiosa auténtica. Es el camino de la interioridad, de entrar en nosotros mismos, en lo secreto, lo escondido, en ese espacio dentro de nosotros que no está al alcance de los demás, en el que permitimos entrar solo a Dios. Es el camino del discernimiento, de la búsqueda de sentido, de no olvidar que nuestra práctica religiosa cristiana es ante todo una relación de amistad con Dios. Cuando olvidamos esta dimensión nuestra espiritualidad se convierte en una lucha, en un deber que demos cumplir y lo que buscamos es demostrar algo a los demás.
Siguiendo la tradición profética el verdadero culto a Dios es el que se concreta con la práctica del bien y la justicia. Es lo que Jesús nos propone en su Evangelio: vivir con autenticidad nuestras practicas religiosas. Debemos estar siempre atentos a las motivaciones que tenemos, no dejar que sea nuestro ego con su interés lo que nos mueva en la vivencia de nuestra fe. Necesitamos purificar siempre nuestras motivaciones para que la apariencia, la imagen, el reconocimiento, el aplauso buscado no enturbien nuestras buenas obras. ¡Es una gracia a pedir! Para que nuestra vida con sencillez y simplicidad hable de la Buena Noticia de Jesús.
¿Qué es lo que mueve mi práctica religiosa? ¿Pongo el amor a Dios y su Reino como el fin y el motivo de mis acciones?
Fraternalmente,
Edgardo Guzmán CMF
eagm796@hotmail.com