Comentario al Evangelio del sábado, 10 de junio de 2023
CR
Queridos amigos:
¿Con qué intención hacemos las cosas? ¿Cómo miramos todo lo que pasa a nuestro alrededor? Dos preguntas para hacernos siempre. En los primeros momentos de la vocación religiosa, las preguntas sobre las motivaciones son frecuentes. Porque a veces queremos servir a Dios, pero en realidad nos gusta estar siempre en la primera línea de fuego, donde todos nos puedan ver. Y nos gusta sentirnos “elegidos” por Él, para hacer grandes cosas. Y se nos olvida que somos elegidos para servir, para hablar de Dios y que hablen de Dios, y no de nosotros.
Tenemos que aprender a mirar como miraba Jesús. Mirando las cosas desde el punto de vista de Dios. Cambiar la forma de ver el mundo. En Rusia a menudo, para poner una velita, las abuelas dejan unas monedillas. Centimitos. Me viene bien para ir a la compra, las cajeras se alegran mucho. Seguro que esas abuelitas dan de lo poco que tienen. Y lo hacen para rezar por sus seres queridos, por sus difuntos, pero siempre con mucha fe. No me resulta difícil ver en esas abuelas a la viuda del Evangelio. Y admiro su fe y su confianza en la providencia.
Quisiera vivir así, siempre pensando en Dios en las cosas que hago, haciendo las cosas para Él. Y viendo en las pequeñas cosas de cada día el paso de Dios. Prestando atención a la gente sencilla, pobre, que vive compartiendo lo que tiene. Y lo deseo para todos vosotros.