Comentario al Evangelio del sábado, 21 de enero de 2023
Rosa Ruiz Aragoneses
TAN POLITICAMENTE CORRECTOS…
En la vida diaria hay muchos momentos en que cada cual tiene que elegir entre ser “políticamente correcto” o generar conflicto y desaprobación. También ocurre en la vida de seguimiento, en la vida de fe. Es más: puede llegar un momento en la vida en que todo lo que tienes de valioso y verdadero, se juegue en esa decisión: ¿quieres seguir siendo políticamente correcto o eres capaz de asumir la frustración, la soledad y el desprecio de tu propia familia, de tus más cercanos?
Alguien tan libre como Jesús, cuyo referente de vida era el Padre y no la normativa social, religiosa o política del momento, es alguien que incomoda. Siempre. Antes o después. La gente libre nos molesta. Les admiramos, pero no queremos vivir cerca. Te desconciertan. No puedes controlar a alguien libre ni prever su reacción. Jesús vivió esa situación. Creo que no fue un provocador, aunque curara en sábado. Fue un hombre extraordinariamente libre. Y eso tiene un precio.
Confieso que me da una terrible envidia. ¡Como quisiera ser tan libre y desprendida de opiniones ajenas!, ¡cómo quisiera vivir en esa referencia tan íntima e inquebrantable con el Padre!, ¡cómo quisiera una Iglesia menos “cabal” a la que apenas le importara que fuéramos tan políticamente correctos!… Eso sí: que la razón no sea provocar. Que la razón sea querer ser como Jesús, el Impertinente:
“Queremos ser tan políticamente correctos que tenemos pavor a ser tenidos por “locos y necios”, queremos ser reconocidos y relevantes cuando la verdad es que seguimos a un Impertinente” (Ch. Duquoc)
“Locos y necios” hasta el punto de acoger el martirio, como tantos han hecho a lo largo de la historia. Hoy recordamos a Santa Inés, una niña romana del siglo III-IV. No sabemos ni su nombre. Sólo sabemos el impacto que causó en toda la Cristiandad. Hablan de ella San Dámaso, San Ambrosio, San Agustín… y la conocemos por Inés (Agnus, cordero) justamente por eso: porque tuvo la osadía loca e impertinente de seguir a Jesús hasta el final.
Que su ejemplo nos haga crecer en valor y arrojo evangélico.
Vuestra hermana en la fe,
Rosa Ruiz Aragoneses