Comentario al Evangelio del Viernes 18 de octubre de 2024
El esplendor de tu reino
En algunas traducciones, el salmo responsorial de hoy dice: tus amigos expresan la gloria de tu reino. Aunque las palabras no sean idénticas en todas las traducciones, el sentido es el mismo. La función de los amigos (amigos fuertes de Dios y profetas de los que habla el libro de Isaías) es manifestar la gloria, es decir, la presencia y la luz de Dios. Se cuenta que al preguntarle una vez a un niño quiénes eran los santos, mirando a las vidrieras de una catedral, aseguró: “los santos son los que dejan pasar la luz”. Santos son los que no opacan con su vida o con su anti-testimonio la presencia de Cristo.
Lucas era uno de esos santos. En todo su Evangelio, deja pasar la luz de la alegría y la misericordia de la Buena Noticia de Cristo.
Pero no es que sea todo un camino de rosas. El Evangelio, que de nuevo relata el envío de los 72 de dos en dos avisa de que tal envío es “como corderos en medio de lobos”. Se los envía a un mundo hostil… quizá no más hostil que el que nos rodea hoy día, sembrando misericordia, pero dejando pasar la luz de la verdad. Se los envía a curar todo lo que anda enfermo y torcido. Y algo así es lo que se nos pide hoy a nosotros: que seamos santos dejando pasar la luz en un mundo que parece que cada día nos da una nueva bofetada de fealdad, mentira, oscuridad y corrupción. Y ahí, como corderos, o como las vidrieras, hemos de dejar pasar la luz. Y ese pasar la luz significa dar paz allá donde vayamos (desead la paz sobre la casa); procurar la justicia (el trabajador tiene derecho a su salario); anunciar el reino, que es salvación. Todo eso es expresar la gloria del Reino que es la misión de los amigos de Dios, de todos los santos, de quienes debemos ser todos los cristianos.
Cármen Aguinaco