Comentario al Evangelio del Viernes, 4 de Abril de 2025
Lo que más llama la atención de este Evangelio es la capacidad de Jesús de controlar los tiempos. Jesús, por lo que dicen los Evangelios, debía tener claro que su enfrentamiento con las autoridades religiosas de los judíos no tenía más que un fin posible: su apresamiento y ejecución. En el mismo Evangelio de hoy ya aparece que los judíos le intentaban matar. Pero eso no iba a suceder de improviso sino cuando Jesús viese que era conveniente. Jesús controla los tiempos y da los pasos que él quiere y cuando él quiere. No es cuestión baladí. Habla de una grandísima libertad y responsabilidad sobre su propia vida. Tiene una misión y la va a ir realizando paso a paso, como él quiere y determina. No va a dejar que otros tomen decisiones por él. Casi hasta podríamos decir que, cuando llega el momento de la pasión, el momento final, a Jesús no le matan sino que él se entrega.
En los tiempos que vivimos hoy no sé si todos somos así los dueños de nuestra propia vida, de nuestras decisiones, o si dejamos que sean otros los que decidan por nosotros lo que tenemos que hacer, cuáles son nuestras urgencias. Vivimos pendientes del móvil y de sus mensajes. Todo es urgente. Y el último mensaje que recibimos o la última llamada es la que determina que dejemos lo que estamos haciendo para empezar otra cosa. Son otros los que nos marcan la agenda.
Quizá tendríamos que pensar en aprender de Jesús y decidir nosotros sobre nuestra vida. Cuando es tiempo de trabajar, hay que trabajar. Cuando es tiempo de estar con la familia, hay que estar con la familia (no echando un ojo continuamente al móvil). Cuando es tiempo para orar, hay que orar. Y así irnos haciendo nosotros los responsables de nuestra vida y los que determinamos como usar nuestro tiempo y de fijar las prioridades y urgencias. Y lo que vivimos, sea trabajo, descanso, oración… vivirlo en plenitud, con total atención. Para no ser marionetas movidos siempre por las manos y urgencias de otros. Para ser dueños de nuestra vida.
Fernando Torres, cmf