Comentario al Evangelio del viernes, 9 de septiembre de 2022
Paulson Veliyannoor, CMF
Puntos ciegos
En 1955, los psicólogos Joseph Luft y Harrington Ingham crearon conjuntamente el concepto de "Ventana de Johari", que traza un mapa de lo que nosotros y los demás conocemos de nosotros mismos. En los cuatro cuadrantes de esta ventana de conciencia se encuentra el "punto ciego", esa parte de nuestro ser que los demás conocen pero que nosotros desconocemos. Jesús habla hoy de cómo juzgamos a los demás, mientras permanecemos felizmente ajenos a nuestros propios puntos ciegos. Un signo de madurez humana es la creciente conciencia de los propios puntos ciegos. Esa conciencia lleva a un conocimiento más profundo de uno mismo y a una mayor compasión por los demás, pues para entonces habremos sabido que, como seres humanos, somos más parecidos que diferentes en nuestros puntos ciegos. Podemos seguir intentando ofrecer correcciones, pero en privado, con respeto y fraternidad, y sin deshonrar al otro. Y, si el otro aún persiste en sus puntos ciegos, también sabremos soportar la carga del otro y cumplir así la ley de Cristo (cf. Gál 6,2).