Liturgia Viva del Bienaventurada Virgen María Reina
Introducción
“De hoy en adelante me felicitarán todas las generaciones”, canta María. ¿Qué significa llamar a María, la humilde virgen, bendita o bienaventurada? Significa nada más y nada menos que estamos llenos de admiración, y que queremos adorar la maravilla (Jesús) que el Espíritu cultivó en su seno; que interpretamos desde ella que Dios mira a la humilde sierva y la alza a la altura; que la venida de Dios a este nuestro mundo no busca lo alto sino lo profundo; que la gloria de Dios consiste en hacer grande lo que es pequeño. Llamar a María bienaventurada significa que, junto con ella, meditamos con admiración los caminos de Dios, que deja al Espíritu soplar donde quiere; obedecerle y decir humildemente con María: “Hágase en mí según tu palabra.” (Bonhoeffer)
Oración Colecta
La madre sin pretensiones de tu Hijo
no quería ser más que tu humilde sierva.
Permítenos honrarla como nuestro modelo y nuestra reina,
de fe sincera y profunda
y de modesto y fiel servicio
a tus planes sobre tu Hijo y sobre el mundo.
Que sus oraciones nos imbuyan con su espíritu.
Te lo pedimos por medio de su Hijo,
Jesucristo nuestro Señor.
Oración sobre las Ofrendas
Con toda sencillez colocamos ante ti
estos signos de pan y vino.
Que aprendamos de tu Hijo y de su madre María
a aceptar cualquier misión que nos encomiendes
y a decir de todo corazón;
“Que se haga en mí según tu palabra.”
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Oración después de la Comunión
Con María Reina nos regocijamos hoy
porque en ella y para ella hiciste grandes cosas.
Que nuestra generación te alabe a ti y a ella
viviendo para tu Hijo y para nuestro prójimo,
esté cerca o lejos,
con un fuerte espíritu de servicio y de entrega
y con grande y confiada fe.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.