Liturgia Viva – Domingo de Pentecostés
SOLEMNIDAD DE PENTECOSTÉS
a) El aliento de fuego
b) Como una tormenta
Saludo (Ver la Segunda Lectura)
Todos hemos sido bautizados en un mismo Espíritu
y todos hemos bebido de un mismo Espíritu.
Que todos ustedes reciban el Espíritu Santo
y que Él esté siempre con ustedes. R/ Y con tu espíritu.
Introducción por el Celebrante
El aliento de fuego
¿Quién no sueña en un día futuro, en el que ya no tenga miedo de hacer las cosas proyectadas por tanto tiempo, simplemente porque le faltaba valor y coraje para emprenderlas? ¿Quién no espera tener más entusiasmo para realizar con alegría las tareas de cada día, para arriesgarse a amar más profundamente a Dios y a los hermanos, sin condiciones ni vacilaciones? ¿Quién no desea estar mucho más inspirado y ser mucho más dinámico y creativo en la vida? Hoy es el día en que esto puede comenzar a suceder, porque hoy es Pentecostés, el día del Espíritu, el día en que el viento celestial huracanado renueva nuestro amor, el día en que el fuego divino nos trae alegría y libertad, el día del Espíritu Santo. Que Jesús, el Señor, aliente su Espíritu sobre nosotros e inflame nuestros corazones con su luz y con su vida.
Como una Tormenta
Nos resultan familiares los vientos huracanados, las tormentas y los huracanes, que sacuden casas y arrancan árboles de cuajo. Hoy celebramos la acción de otro viento misterioso, que unas veces se presenta violento y tempestuoso sin ser destructor, y otras veces se muestra suave y refrescante como dulce brisa reconfortante. Es el Espíritu, el aliento de Dios, el Espíritu Santo que irrumpe y sopla. ¿De dónde viene este Espíritu alentador? ¿A dónde va; y a dónde nos dirige? Es el Espíritu poderoso de Dios, tormenta divina de amor y valentía; Espíritu creativo, renovador, “inspirador”, que quiere realizar con nosotros un nuevo Pentecostés. — Que ojalá hoy, en esta celebración eucarística, el Espíritu Santo de Dios traiga aire fresco a nuestros corazones, renueve nuestra fe y haga crecer visiblemente nuestro amor.
Acto Penitencial
Nosotros, tantas veces, no hemos utilizado los dones maravillosos que el Espíritu Santo continuamente nos ofrece.
Pidámosle a Dios que nos perdone bondadosamente y que abra nuestros corazones a los dones del mismo Espíritu.
(Pausa)
1. Señor Jesús: Alienta tu Espíritu sobre nosotros que nos quiere impulsar a entendernos y acogernos, a apreciarnos y a apoyarnos mutuamente.Señor, ten piedad de nosotros.
R/ Señor, ten piedad de nosotros.
2. Señor Jesucristo: Alienta tu Espíritu sobre nosotros que quiere unirnos en un mismo amor. Haz que ese amor sea inventivo y creador.
R/ Cristo, ten piedad de nosotros.
3. Señor Jesús: Alienta tu Espíritu sobre nosotros para que nos libere de todos los miedos que nos paralizan y para que nos mueva a servir con alegría a Dios y a los hermanos.
R/ Señor, ten piedad de nosotros.
Por tu gran bondad, Señor, perdona nuestros pecados, ábrenos al Espíritu de vida y amor y llévanos a la vida eterna. R/ Amén.
Introducción al Gloria
Que el Espíritu Santo nos ayude a alabar a Dios con entusiasmo y alegría.
Oración Colecta
Pidamos a Dios nuestro Padre que nos envíe el Espíritu Santo como lo envió en Pentecostés a su joven Iglesia.
(Pausa)
Oh Dios, Padre nuestro:
Haz, te pedimos, que el Espíritu Santo
nos sorprenda con el don del ardor y del vigor cristianos;
que nos rejuvenezca y nos renueve
como lo hizo con los miembros de la Iglesia recién nacida.
Que tu Espíritu renueve nuestros días, nuestro amor y nuestra vida;
que nos traiga ternura y alegría
junto con apertura y acogida para con todos;
que nos fortalezca con valentía y coraje
para defender y apoyar todo lo que es recto y justo.
Que el mismo Espíritu nos una en su amor y nos lleve a ti.
Todo esto te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor.
R/ Amén
Lecturas
Primera Lectura (Acts 2:1-11): El Espíritu Llega Como Fuerte Tormenta
Ruido ensordecedor, fuerte tormenta, fuego, diferentes lenguas… han sido símbolos tradicionales para describir el primer Pentecostés cristiano. Estos símbolos nos hablan con fuerza de que algo totalmente nuevo está brotando. El Espíritu poderoso de Dios está irrumpiendo en el mundo para unir a la humanidad dividida en una nueva comunidad, donde haya lugar para todos.
Segunda Lectura (1 Cor 12:3-7, 12-13): Somos Uno en el Espíritu
Cualquier cosa buena que tengamos, cualquier don que Dios nos ha dado, todo proviene del Espíritu que obra en nosotros. Por encima de nuestros diferentes talentos, tareas y responsabilidades, el Espíritu nos une en el Cuerpo de Cristo, formando una comunidad de fe, esperanza y amor.
Evangelio (Jn 20:19-23): Recibe el Espíritu Santo
El Espíritu Santo completa la obra de Cristo en nosotros, y, a través de nosotros, en el mundo. Al igual que los apóstoles, también nosotros hemos recibido el mandato de romper y abandonar nuestros muros cercados y llevar sanación y paz al mundo.
Oración de los Fieles
Roguemos a Dios Padre que derrame sobre nosotros y sobre el mundo entero el Espíritu de audacia y de unidad. Y digamos:
R/ Que tu Santo Espíritu renueve la faz de la tierra.
1. Sobre las iglesias locales esparcidas por toda la tierra, sobre las comunidades con mil rostros, sobre los cristianos diseminados por todo el ancho mundo, Señor: derrama tu Espíritu.
R/ Que tu Santo Espíritu renueve la faz de la tierra.
2. Sobre el Papa y demás líderes de las Iglesias, sobre obispos y sobre pastores, sobre todos aquellos que tienen un ministerio de servicio, Señor: derrama tu Espíritu.
R/ Que tu Santo Espíritu renueve la faz de la tierra.
3. Sobre los cristianos perseguidos por su fe, sobre los que dudan, vacilan o flaquean, sobre todos los que buscan a Dios y esperan al Espíritu Consolador, Señor: derrama tu Espíritu.
R/ Que tu Santo Espíritu renueve la faz de la tierra.
4. Sobre los que oprimen a sus hermanas y hermanos, sobre los que ostentan posiciones de poder, sobre los que son y se sienten marginados y esclavizados, y también sobre los que se sienten liberados y libres, Señor: derrama tu Espíritu.
R/ Que tu Santo Espíritu renueve la faz de la tierra.
5. Sobre los que extienden y proclaman el evangelio, sobre aquellos cuya misión es perdonar pecados, sobre aquellos atrapados por los cepos de sus vicios y pasiones, Señor: derrama tu Espíritu.
R/ Que tu Santo Espíritu renueve la faz de la tierra.
6. Sobre todos los que estamos reunidos aquí, ahora, en tu nombre, sobre aquellos que han abandonado nuestra comunidad, sobre los nuevos bautizados en estos días pascuales, Señor: derrama tu Espíritu.
R/ Que tu Espíritu Santo renueve la faz de la tierra.
Por todos ellos te rogamos, Señor Dios nuestro. Envía tu Espíritu a cada uno de nosotros; que él nos inflame con su amor siempre, todos los días de nuestra vida, y por los siglos de los siglos. R/ Amén.
Oración sobre las Ofrendas
Oh Dios, Señor nuestro:
Dígnate concedernos
que tu Espíritu descienda sobre este pan y este vino
y los llene con la fuerza vital de Jesús, tu Hijo.
Que tu Espíritu descienda sobre nosotros,
invitados a sentarnos a la mesa santa de tu Hijo Jesús,
y llénanos con su vida y alegría.
Que él nos convierta verdaderamente en el Cuerpo de Cristo
en el cual nosotros seamos visiblemente
el corazón y las manos de nuestro Señor y Salvador,
que vive y reina por los siglos de los siglos.
R/ Amén.
Introducción a la Plegaria Eucarística
Con el Espíritu Santo en nuestros corazones, participemos juntos, con alegría y gratitud, en la acción de gracias de Jesús nuestro Señor.
Introducción al Padre Nuestro
No podemos decir “Jesús es Señor”
si no es por medio del Espíritu.
No podemos llamar “Padre” a Dios
sino por el Espíritu,
que clama desde lo más íntimo de nosotros.
Movidos por este Santo Espíritu,
digamos ahora con total confianza
la oración que Jesús mismo nos enseñó.
R/ Padre nuestro….
Líbranos, Señor
Líbranos, Señor, de todos los males y concédenos la paz de Cristo en nuestros días,
paz que es obra de tu Espíritu.
Por tu bondadosa misericordia líbranos de todos los pecados
que obstaculizan la unidad y la universalidad de tu Iglesia;
protégenos de todo peligro y perturbación y danos la seguridad de que,
incluso en las incertidumbres de nuestro tiempo,
el Espíritu Santo nos conduce hacia adelante,
con gozosa alegría, hacia la gloriosa venida
de nuestro Señor y Salvador, Jesucristo.
R/ Tuyo es el Reino…
Invitación a la Comunión (Ver Rev 22:17, 21)
El Espíritu y la Iglesia dicen: ¡Ven!
Que cada uno que escucha responda: ¡Ven!
Que todos los que tienen sed vengan a beber.
Que todos los que quieran saciarse con el agua de vida
la obtengan siempre como el mejor don.
Éste es Jesucristo glorioso y resucitado,
cuyo Espíritu nos impulsa
a dar testimonio del amor de Dios.
R/ Señor, yo no soy digno…
Oración después de la Comunión
Oh Dios y Padre nuestro:
Hemos escuchado a tu Hijo Jesús,
que graciosamente nos ha dirigido su palabra
y con gozo nos hemos alimentado
con el Pan de Vida en su mesa eucarística
Que el Espíritu Santo ponga fuego en esas palabras de Jesús,
que ojalá sigan ardiendo en nuestros corazones
y nos sacudan y nos saquen de nuestra indiferencia.
Haz, Señor, que el Espíritu Santo nos urja y nos impulse
a llegar a ser, los unos para con los otros, como sabroso pan;
que rejuvenezca y edifique a nuestras hermanas y hermanos
en su caminar hacia ti, nuestro Dios de vida.
Todo esto te lo pedimos en nombre de Jesucristo, el Señor.
R/ Amén
Bendición
En esta eucaristía Dios ha derramado de nuevo sobre nosotros
el fuego vivo y el fuerte aliento del Espíritu.
Ojalá que este mismo Espíritu nos mueva a arriesgarnos con valentía
en nuestro sincera y total entrega a Dios y a los hermanos.
Que él nos dé el valor para transformarnos a nosotros mismos
y a la Iglesia que tanto amamos.
Que lleguemos a ser para todo el mundo signos vivientes
de la presencia bondadosa de Dios.
Y que la bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo y Espíritu Santo
descienda sobre nosotros y nos acompañe siempre.
R/ Amén.
Podemos ir en paz; y que el Espíritu Santo mantenga nuestros corazones ardiendo siempre con el amor de Dios.
R/ Demos gracias a Dios.