Liturgia viva del domingo ii después de Navidad

Fecha

05 Ene 2020
Finalizdo!

NACIDO DE DIOS  (1 Jn 2,29 – 3,6; Jn 1,29-34)

Introducción
El mensaje de hoy habla,  en dos sentidos diferentes,  de ser hijos e hijas de Dios. En primer lugar está Cristo, el Hijo único  de Dios, entendido en un sentido más profundo que cuando decimos que somos amados por Dios. En la Primera Lectura Juan lo reconoce como el Hijo propio de Dios, con una personalidad humana y divina. Es enviado por el Padre para estar en  medio del pueblo como quien nos va a salvar por su sufrimiento, como cordero degollado, como Siervo Sufriente.
Por causa de él nacemos nosotros de Dios, somos también  hijos e hijas de Dios, como Juan nos dice en su carta. Aunque nuestra existencia pueda parecer banal, existe esta asombrosa verdad: somos hijos de Dios. Esto no es meramente una bonita palabra: Es una profunda realidad. Esta dignidad nos confiere la responsabilidad de crecer, de abandonar el pecado, de madurar hasta la plena personalidad de Cristo, porque esto es lo que se supone que hacen los hijos.

Oración Colecta
Señor Dios, Padre de Jesucristo:
Por medio de tu único Hijo
tú nos has hecho a nosotros también
hijos e hijas tuyos,
que nacen de ti y viven tu vida.
Ayúdanos a cumplir siempre tu voluntad
y a crecer en tu amor
hacia aquella libertad y madurez
a la que nos has llamado
en Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro,
que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios por los siglos de los siglos.

Intenciones

– Para que haya cada vez más hombres y mujeres, alrededor del mundo, que sepan que son hijos de Dios, de un Dios que les ama tiernamente como aman un padre y una madre, roguemos al Señor.

– Para que, aunque seamos diferentes de tantas maneras, lleguemos a aceptarnos, apreciarnos y amarnos unos a otros como hermanos, roguemos al Señor.

– Para que Dios nos cree de nuevo cada día a imagen de su Hijo y nos ayude a crecer cada vez más a semejanza de Jesús, roguemos al Señor.

Oración sobre las Ofrendas
Señor Dios, Padre nuestro:
Estos dones de pan y vino,
que proceden de tu generosa mano,
son también fruto de nuestro trabajo.
Te los presentamos como ofrenda,
como señales de nuestra buena voluntad
para continuar la lucha
contra las fuerzas del mal,
en nosotros y alrededor nuestro.
En las tormentas y pruebas de la vida
ayúdanos a vencer al pecado,
para que nos puedas revelar la gloria
que has preparado para nosotros
por medio de Jesucristo nuestro Señor.

Oración después de la Comunión
Señor Dios y Padre nuestro:
Tú has visitado a tus hijos e hijas
por medio de nuestro hermano Jesucristo.
Ayúdanos a vivir juntos
como una comunidad de amistad,
mutua participación y paz,
para que así demos testimonio
de que tú eres nuestro Dios
y de que nosotros somos tu pueblo,
por medio de Jesucristo,   
nuestro hermano mayor y nuestro Señor.   

Bendición
Hermanos: ¡Hijos de Dios: eso es lo que realmente somos! Que el pensamiento de esta realidad nos colme con un sentido de admiración, gratitud y confiada seguridad.
Y que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes y les acompañe siempre.

Print Friendly, PDF & Email
¡No hay eventos!
Radio Palabra

God Gossip