Liturgia Viva del Feria de Adviento (18 de diciembre)
EMANUEL
(Jer 23,5-8; Mt 1,18-24)
Introducción
Después de que los Reyes del Pueblo de Dios no cumplieron su misión de guiar al pueblo de Dios, el profeta Jeremías anuncia que Dios los suprimirá y se erigirá a sí mismo como el pastor de su pueblo. (Primera Lectura). Pero Dios mismo realizará este nuevo comienzo por medio de un retoño, humano y lleno de virtud, de la casa de David. — Por medio de él, Dios restablecerá la integridad de su pueblo, y será causa de nuestra fidelidad.
Evangelio -como nos dice Mateo- Jesús es ese Hijo de David, descendiente a través de José y de María, y al mismo tiempo es hijo de Dios. Él es ciertamente “Dios-nuestra-justicia”, y Emanuel, “Dios-con-nosotros”; él es Jesús, cuyo nombre significa “Salvador”.
Oración Colecta
Señor, Dios, siempre fiel:
En Jesús nos has dado a alguien
tomado de nuestra propia carne y sangre humanas,
un perfecto hombre, pero aun así divino, Hijo tuyo,
por medio del cual quieres restaurar
la justicia y la fidelidad entre nosotros.
Ayúdanos a dar junto con él,
a ti y también los unos a los otros,
la respuesta propia y adecuada
de amor fiel y servicial
que tú esperas de tu pueblo.
Queremos que seas nuestro Dios por siempre
por medio de Jesucristo nuestro Señor.
Intenciones
- Señor Jesús, danos la integridad y el sentido de justicia, que tantas veces se nos escapa y que seguimos olvidando; te rogamos.
- Señor, que aprendamos de ti a ser misericordiosos con los débiles y necesitados, como tú eres bueno y misericordioso con nosotros; Te rogamos.
- Señor, ya que tú estás con nosotros, haznos estar al lado de nuestros hermanos y hermanas en sus necesidades materiales y espirituales; te rogamos.
Oración sobre las Ofrendas
Oh Dios, Padre nuestro:
Solamente alguien no manchado por el pecado
podría amarte como te mereces
y hacernos a nosotros, pecadores,
capaces de responder a tu amor.
como hijos e hijas tuyos.
Que estas nuestras ofrendas de pan y vino
sean un signo de que aguardamos a tu Hijo con esperanza
y de que estamos dispuestos a seguirle
en su forma leal de obediencia a tu voluntad
y de compromiso por tu justicia y amor.
Acéptanos en Jesucristo nuestro Señor.
Oración después de la Comunión
Señor, Dios salvador:
Te damos gracias por aceptarnos en tu Hijo Jesucristo.
En él nos configuras con doble realidad:
somos los salvados por Cristo
y, al mismo tiempo,
somos salvadores de nosotros mismos
y de nuestros hermanos y hermanas.
Haznos plenamente conscientes
de que somos tu pueblo mesiánico.
Ayúdanos a responder a tu iniciativa de amor
con toda nuestra colaboración,
para que un día toda la humanidad te pertenezca
y te honre como a Padre de todos
por medio de nuestro hermano,
Jesucristo nuestro Señor.
Bendición
Hermanos: No tengan miedo; Dios está con ustedes. Vivimos en sus manos, porque nos ha dado a Jesús, nuestro amigo y Salvador.
Que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre nosotros y nos acompañe siempre.