Liturgia Viva del Jueves de la I Semana de Adviento
DIOS, NUESTRA ROCA
(Is 26,1-6; Mt 7,21.24-27)
Introducción a la Primera Lectura.
La Primera Lectura procede de un encarte en el libro de Isaías, que seguramente fue escrito en un período posterior. Habla del juicio de Dios y de la victoria de Dios sobre las “ciudades del pecado”. Pero Jerusalén, comunidad de Dios, ciudad de Dios, permanecerá. Los que son fieles a Dios pueden fiarse de él. Él es fiel y sólido como una roca.
Introducción al Evangelio.
Los que aceptan el llamado retador de las palabras de Jesús, viviendo como discípulos, están edificando sobre roca. Esto se realiza tanto en el discípulo individual, como en la comunidad de la Iglesia.
Oración Colecta
Señor Dios nuestro:
Para los que confían en ti
y viven el evangelio de tu Hijo
tú eres una roca sólida, segura y fiable.
Que nuestra fe no se tambalee
en las tormentas y tensiones de nuestro tiempo,
antes bien, danos el valor de vivir,
de un modo coherente y radical, según creemos,
para que como Jesús cumplamos tu voluntad
y vivamos en tu amor
ahora y por los siglos de los siglos.
Intenciones
– Para que la gente encuentre en la fe y el amor de nuestras comunidades cristianas el apoyo necesario para ser fieles a Dios y entregados solidariamente los unos a los otros, roguemos al Señor.
– Para que los que sufren sigan poniendo su confianza en Dios y encuentren fortaleza en Cristo crucificado, roguemos al Señor.
– Para que nosotros aprendamos a confiar y a fiarnos los unos de los otros como hermanos en Cristo, roguemos al Señor.
Oración sobre las Ofrendas
Señor Dios nuestro:
Acepta este pan y este cáliz
como signos de que, con tu Hijo,
deseamos fiarnos de ti y contar siempre contigo.
Danos el Espíritu de tu mismo Hijo,
para que no seamos arrastrados
por cualquier novedad o moda pasajera.
Guarda, profundamente arraigadas en ti,
nuestra fe, confianza y esperanza,
y ayúdanos a vivir en consecuencia
movidos siempre por tu amor;
por medio de Jesucristo nuestro Señor.
Oración después de la Comunión
Señor Dios nuestro:
Gracias por hablarnos con las palabras y obras de tu Hijo,
y por fortalecernos con su cuerpo y con su sangre.
Danos la sabiduría de una fe tranquila y sólida
que nos haga vivir coherentemente como creemos
y que nos mueva a apoyarnos y ayudarnos unos a otros
mientras caminamos juntos hacia ti.
Y que podamos dar un poco de solidez y certeza
a los que, entre nosotros, vacilan y buscan sinceramente.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Bendición
Hermanos: Construyamos nuestra casa sobre roca. Edifiquemos nuestra vida sobre el Señor y su Evangelio, y nunca nos sentiremos decepcionados, ya que Dios nos ama y está con nosotros.
Y que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre nosotros y permanezca para siempre.