Liturgia Viva del Jueves de la XIII Semana del Tiempo Ordinario.
LA FE A PRUEBA
Introducción
El sacerdote Amasías, en nombre del rey, juzga como inoportuna la palabra de Dios a través del profeta Amós, porque políticamente no es relevante.
Evangelio.
Humanamente hablando, fue una exigua consolación para el paralítico oír que sus pecados eran perdonados. Pero para el creyente, el pecado es la raíz de los males humanos; cuando esta raíz es arrancada por el perdón, la persona total está salvada, incluso corporalmente. En el evangelio los escribas tachan a Jesús de blasfemo. Los “oficiales” de la religión institucionalizada retan y se enfrentan al verdadero mensaje de Dios, con el pretexto de defender la así llamada religión verdadera. Roguemos hoy para que sepamos reconocer el verdadero Espíritu de Dios cuando quiere transmitirnos su mensaje, aun cuando nos resulte desagradable.
Colecta
Señor Dios nuestro:
Con frecuencia no entendemos lo que nos pides en la vida.
Danos una fe confiada -te rogamos- para que sigamos creyendo en ti incluso cuando no vemos a dónde nos llevas.
Danos la fe de Abrahán, dispuesto a sacrificar a su hijo;
Danos la fe del paralítico, que encontró renovado valor cuando recibió perdón por sus pecados.
Mándanos levantarnos y caminar con la certeza de que tú nos amas y quieres llevarnos hacia ti, que eres Dios por siempre, por los siglos de los siglos.
Intenciones
1) Para que la Iglesia, consciente de sus propios defectos, ofrezca humildemente compasión y perdón a todos los que yerran, y llegue a ser en nuestro mundo signo e instrumentos de reconciliación. Oremos.
2) Para que sepamos mostrar especial cuidado y amor por los minusválidos, por los niños paralíticos o en silla de ruedas que nunca podrán jugar, por los ciegos que nunca podrán ver el mundo lleno de color creado por Dios, por los sordos profundos que nunca podrán oír o cantar canciones de alegría. Oremos.
3) Para que nuestros hogares sean lugares de mutuo entendimiento, comprensión y reconciliación; que los jóvenes aprendan de sus padres a perdonar ofensas y a aceptarse mutuamente en su diversidad e individualidad. Oremos.
Colecta:
Señor, Dios nuestro: Por medio de este pan y este vino nos unes con tu Hijo. Él permaneció fiel a ti cuando le pediste un sacrificio imposible, el de la cruz.. Al ofrecer este sacrificio de tu hijo, ayúdanos a aprender de él a decir sí a toda tarea o sacrificio que nos pidas en la vida. Danos esta fe, este amor y lealtad por medio de Jesucristo nuestro Señor.
Oración después de la Comunión
Señor, Dios nuestro: Nos has fortalecido de nuevo por la presencia de Jesús, tu Hijo. Ensancha los horizontes de nuestra fe y ayúdanos a aceptar, no solo con nuestra mente sino también con nuestros corazones y con todo nuestro ser que tú ves más lejos que nosotros, que tu corazón es más grande que el nuestro, y que el sacrificio es el precio que hay que pagar por libertad, alegría y felicidad. Haznos disponibles para aceptar esto en confianza y amor, por Jesucristo nuestro Señor.
Bendición
Con el paralítico del evangelio de hoy cuando fue curado, alabamos y damos gracias a Dios, que nos dice a nosotros también cuando hemos pecado: “Levántate y anda”. Que el Señor les mantenga a ustedes caminando por sus caminos y que él les bendiga abundantemente, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.