Liturgia Viva del jueves de la XVI Semana del Tiempo Ordinario
NO ENDUREZCAN SUS CORAZONES
Introducción
Primera Lectura. Jeremías le recuerda al pueblo de Dios que en su juventud, después de que Dios hiciera una alianza con él, había sido fiel y ferviente. Pero que desde entonces han abandonado a Dios, incluidos los sacerdotes y profetas.
Evangelio. Jesús se queja de que hay algunos que cierran su corazón a su mensaje de vida. Su mensaje es sencillo. Gran parte de él se expresa en las historias conmovedoras de las parábolas. ¿Por qué la gente no las entiende? Porque es voluble e inconstante y ocupada consigo misma y sus pequeños asuntos. O bien ellos piensan que son demasiado instruidos y autosuficientes, por encima de los pequeños, de los humildes, de la gente sencilla. Estos últimos están deseosos de ser receptivos de la palabra de Dios y de prestarle atención.
Colecta
Oh Dios bondadoso: Tú te preocupas por nosotros. Tu Hijo Jesucristo nos contó este gozoso secreto en pequeñas historias maravillosas sobre tu perdón, tu amor y tu paciente misericordia. No permitas que seamos tan volubles e indiferentes que cerremos nuestros ojos y oídos a ellas, sino más bien danos la gracia de ver y oír y comprender con nuestro corazón que estas sencillas historias nos están hablando del verdadero sentido de nuestras vidas. Cuéntanos entre la gente sencilla que entiende lo que nos estás diciendo por medio de Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Intenciones
Por todos los indiferentes y cerrados a la palabra de Dios, para que la Iglesia sepa oír su silencioso anhelo y presentarles la palabra de tal manera que les haga ver que su mensaje es importante para sus vidas y su felicidad, roguemos al Señor.
Por los que permanecen sordos a la palabra de Dios, para que se sientan movidos cuando la vean floreciendo y produciendo fruto en la vida de buenos cristianos, roguemos al Señor.
Por los enfermos, los que se sienten solos, los que sufren o están afligidos, para que la palabra de Dios les lleve consuelo, les dé valor y fuerza para soportar su dolor y seguir esperando en un Dios que les ama, roguemos al Señor.
Oración sobre las Ofrendas
Señor Dios nuestro: Estamos dispuestos a escuchar los secretos del Reino de los cielos. Te presentamos ahora esta sencilla ofrenda de pan y vino. Deseamos que ella exprese nuestra voluntad de estar abiertos a esos tus misterios con un corazón sencillo, no sofisticado, porque tú te revelas a los que escuchan con su corazón. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Oración después de la Comunión
Señor Dios nuestro: Haznos atentos a las palabras que Jesús nos ha dirigido en esta celebración y sigue avivando en nosotros el amor que nos ha mostrado. Que nuestra fe sea mucho más que fórmulas ineficaces que no cambian la vida. Haz que la historia de nuestra propia vida les muestre a los que nos rodean que hemos entendido cuánto te preocupas tú por nosotros y que te respondemos con todo nuestro ser, por Jesucristo nuestro Señor.
Bendición
Hermanos: El Señor nos dijo hoy en el evangelio: “Benditos sus ojos porque ven, y sus oídos porque oyen”. Escuchemos y veamos al Señor con nuestro corazón. Y que él, Dios todopoderoso, nos bendiga abundantemente: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, y que esta bendición permanezca para siempre.