Liturgia Viva – La Ascensión del Señor
LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR (Ciclo C)
Glorioso, Pero Todavía con Nosotros
Nota: Seguimos la serie completa de lecturas para el Año C tal como aparece en la nueva edición del Leccionario de 1981. La primera lectura permanece siempre la misma en los tres ciclos.
Saludo
Jesús, el Señor Resucitado,
vive ahora en la gloria del Padre.
Por medio del Espíritu de fortaleza y amor,
que él esté siempre con ustedes.
Introducción por el Celebrante
Glorioso, Pero Todavía con Nosotros
Cuando muere alguna persona, bondadosa y cercana a nosotros, tenemos el sentimiento de que ella permanece todavía con nosotros y sigue inspirándonos y guiándonos. — Cuando en la Ascensión Jesús dejó a sus discípulos y pasó a la gloria del cielo, él fue para sus discípulos más que una memoria de una gran persona que había muerto. Primero, él está todavía vivo como el Señor resucitado; él marchó, pero permanece con nosotros por su Espíritu de fortaleza, sabiduría y amor, y de esta forma es nuestro compañero en nuestra vida. Él profiere todavía para nosotros su palabra, todavía se nos da como nuestra bebida y alimento en la eucaristía, y vive en nuestras comunidades. Escuchémosle presente aquí entre nosotros y alimentémonos con su palabra y con su cuerpo.
Acto Penitencial
Con demasiada frecuencia el Señor no ha estado presente
en nuestras palabras y acciones.
Pidámosle confiadamente que nos perdone.
(Pausa)
Señor Jesús, tú vives en la gloria del Padre,
una gloria que justamente es tuya:
¡Toda alabanza a ti, Señor!
R/ Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo Jesús, vida y gloria nuestra,
tú nos enviarás el Santo Espíritu:
¡Toda alabanza a ti, Señor!
R/ Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor Jesús, tú volverás un día
para colmar todas nuestras esperanzas:
¡Toda alabanza a ti, Señor!
R/ Señor, ten piedad de nosotros.
Señor, sé paciente con nosotros
y otórganos tu perdón.
Que tu Espíritu nos guíe a la vida eterna. Amén.
Oración Colecta
Oremos para que Jesús, el Señor, glorioso y resucitado,
esté siempre con nosotros por medio de su Espíritu.
(Pausa)
Señor Dios nuestro:
Tu Hijo Jesucristo vive en tu gloria
para estar más cerca de nosotros
por medio de su Espíritu Santo
y para estar cercano a los hombres
por medio de nosotros.
Danos tu Santo Espíritu,
para que tengamos el valor
para ayudarte a salvar el mundo
sirviéndole y construyendo en él
tu reino de justicia, verdad y amor,
en nombre de aquél a quien esperamos,
Jesucristo, nuestro Señor resucitado
y Salvador nuestro
por los siglos de los siglos.
Primera Lectura (Hch 1,1-11): ¿Por Qué Se Quedan Mirando al Cielo?
En su Ascensión, Jesús confía su trabajo y misión a los apóstoles. El Espíritu Santo les dará la fortaleza necesaria para dar testimonio de Cristo, el Señor, al mundo entero.
Segunda Lectura (Heb 9,24-28; 10,19-23): Cristo Fue delante de Nosotros al Cielo
Cristo nos salvó de una vez para siempre y nos conduce al santuario del cielo. Ésta es nuestra firme esperanza.
Evangelio (Lk 24,46-53): Vayan a Enseñar Mi Evangelio a Todas las Naciones
Los apóstoles, y toda la Iglesia con ellos, son enviados a llevar al mundo entero la Buena Noticia de Cristo, que murió por nosotros y resucitó de entre los muertos.
Oración de los Fieles
Nuestro Señor Jesucristo vive ahora en la gloria del Padre, pero sabemos que él está atento a nuestras necesidades y puede simpatizar con nosotros, después de haber compartido nuestra condición humana. Y así le pedimos: R/ Señor, envíanos tu Espíritu.
- Señor, por medio de tu Espíritu de fortaleza inspira al papa, a los obispos y a todo el pueblo de Dios para que marchen por el camino de la renovación sin miedo alguno y tengan confianza en el futuro. Y así te pedimos: R/ Señor, envíanos tu Espíritu.
- Señor, acompáñanos y muévenos por medio de tu Santo Espíritu a vivir tu evangelio como noticia gozosa de amor, justicia y paz. Y así te pedimos: R/ Señor, envíanos tu Espíritu.
- Señor, ábrenos a la acción de tu Espíritu, haznos uno de alma y corazón, para que sepamos construir comunidad todos juntos y hacer unos por otros lo que tú has hecho por todos. Y así te pedimos: R/ Señor, envíanos tu Espíritu.
- Señor, derrama tu Espíritu sobre los gobernantes y líderes de las naciones; hazlos hombres y mujeres de gran visión, para que su primera preocupación sea el pueblo a ellos encomendado, y para que sepan crear un clima de respeto a la dignidad humana y a la libertad, en el que todos puedan desarrollar sus talentos y su potencial humano. Y así te pedimos: R/ Señor, envíanos tu Espíritu.
- Señor, danos tu Espíritu de compasión, para que respetemos la vida y alcemos a nuestros hermanos y hermanas en necesidad; quédate con nosotros, Señor, para también estar con ellos y de este modo recuperen su esperanza. Y así te pedimos: R/ Señor, envíanos tu Espíritu.
Señor Jesucristo, a ti se te ha dado todo poder en el cielo y en la tierra. Vive en nosotros por medio de tu Espíritu, para que seamos tu palabra y tu presencia para el mundo de hoy, pues tú eres nuestro Señor vivo y resucitado, ahora y por los siglos de los siglos.
Oración sobre las Ofrendas
Señor Dios nuestro:
En los signos de este pan y de este vino
tu Hijo Jesús se hará presente enseguida con nosotros.
Que él nos dé el Espíritu de fortaleza,
para que no nos quedemos mirando pasivamente al cielo,
a no ser para pedir tu ayuda para saber cumplir tu misión.
Que miremos más bien al mundo
y nos entreguemos a la tarea
de transformarlo en el mundo que tú sueñas,
por el poder del Espíritu de Jesucristo,
Hijo tuyo y Señor nuestro,
que vive y reina por los siglos de los siglos.
Introducción a la Plegaria Eucarística
Demos gracias al Padre con alegría, porque Jesús, aunque ascendido al cielo, está todavía con nosotros por medio del Espíritu Santo, aquí en la eucaristía, en la Iglesia y en la gente que nos rodea.
Introducción al Padrenuestro
Jesús, el Señor, vive ahora
en la gloria del Padre en el cielo;
allí intercede por nosotros.
Por medio de él, y con sus mismas palabras,
rogamos a Dios nuestro Padre.
R/ Padre nuestro…
Invitación a la Comunión
Éste es el Señor, que dijo:
Sepan que estoy con ustedes siempre
hasta el fin de los tiempos.
Éste es su cuerpo glorioso y resucitado.
Dichosos nosotros porque él es nuestro pan de vida
en nuestro camino hacia el Padre.
R/ Señor, no soy digno…
Oración después de la Comunión
Señor Dios nuestro:
Te damos gracias, Señor,
por confiar tanto en nosotros
que nos has encomendado
continuar la misión misma de tu Hijo:
ser su memoria viva
y su presencia visible para el mundo.
Danos la gracia de reinar con él
aprendiendo de él a servir,
para que la gente perciba que él vive
porque nosotros somos
como su cuerpo visible para el mundo.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.
Bendición Solemne
Jesús, el Señor, nos dice como les dijo a los apóstoles: Sean mis testigos para el mundo entero.
No nos quedemos mirando pasivamente al cielo, sino que seamos su mensaje de esperanza para los hombres de la tierra por el modo cómo vivimos su evangelio. Y pidamos la solemne bendición de Dios:
(Ustedes responderán “Amén”)
- Que sepamos llevar el mensaje del Señor a nuestro tiempo y a nuestros hermanos en este nuestro mundo. R/ Amén.
- Que el Señor continúe haciendo el bien por medio de nosotros, y que nosotros hagamos visible hoy a Jesús a nuestros hermanos. R/ Amén.
- Que él permanezca con nosotros por medio de su Espíritu ahora y hasta el fin de los tiempos. R/ Amén.
Y que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ustedes y permanezca para siempre.