Liturgia Viva de La Ascensión del Señor
FIESTA DE LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR
1.El Señor de Todo y de Todos
2.Se Necesitan Testigos
Saludo (Ver Segunda Lectura)
Hagan todo lo que puedan para preservar la unidad del Espíritu
por medio de la paz que les une como un cuerpo.
Que el Señor les envíe su Espíritu de unidad
y esté siempre con ustedes.
Introducción por el Celebrante (Dos Opciones)
El Señor de Todo y de Todos
Celebramos hoy la Ascensión del Señor. ¿Quiere esto decir que Jesús nos ha dejado, que ha desaparecido para siempre? Es cierto que ya no podemos verle ni tocarle como pudieron hacerlo los apóstoles y los primeros discípulos. Jesús no pertenece ya sólo a un grupo minúsculo, sino a todos los hombres y mujeres de la tierra que quieran aceptarle. Él es ahora el Señor de todo y de todos, el Señor de la gloria, y aun así todavía uno de nosotros, muy cercano, más intimo a nosotros que nosotros mismos; él es el corazón de nuestro corazón por medio de su Espíritu, vivo en nosotros. Nosotros, su Iglesia, tenemos que continuar el trabajo y misión que él comenzó y dar testimonio de que él es nuestro Señor vivo y resucitado. Escuchémosle conforme nos habla en esta Eucaristía y démosles gloria y alabanza a él y al Padre.
Se Necesitan Testigos
Hoy es el día de la Ascensión del Señor a los cielos, día de alegría, porque una parte de nosotros está ya ahora muy cerca de Dios: nuestro hermano Jesús, que es uno de nosotros, el primero en resucitar de entre los muertos y el primero en vivir plenamente en la gloria y alegría de Dios. Él nos conduce y nos muestra el camino. Pero, en el entretanto, tenemos que llevarle a nuestro mundo y a la gente de nuestro tiempo. Proclamemos con nuestra vida que él vive. Demos a conocer la Buena Noticia de Salvación. Jesús actuará con nosotros por medio del Espíritu que él mismo nos da; y él confirmará todo lo que decimos y hacemos.
Acto Penitencial
Nuestro testimonio del Señor vivo y resucitado es seguramente pobre.
Nuestra forma de vida no siempre muestra que creemos
que su Espíritu nos guía. – Pidamos al Señor que nos perdone.
(Pausa)
Señor Jesús, tú fuiste elevado a la gloria del Padre, y, aun así, permaneces presente donde dos o tres se reúnen en tu nombre:
R/ Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo Jesús, tú preparas un lugar en el cielo para los que creen en ti y viven en tu amor:
R/ Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor Jesús, tú nos envías a todos los rincones del mundo para ser tus testigos y compartir la Buena Nueva de tu amor:
R/ Señor, ten piedad de nosotros.
Ten misericordia de nosotros, Señor; No nos abandones a nuestros pecados, sino otórganos tu perdón, ayúdanos a vivir en tu presencia y llévanos a la vida eterna.
Oración Colecta
Oremos y alabemos al Padre por medio de Cristo, que fue por delante de nosotros.
(Pausa)
Oh Dios y Padre nuestro:
No te hemos visto nunca,
pero por medio de tu Hijo Jesús
hemos llegado a conocerte.
Él vive ahora en tu gloria.
Danos la gracia de no sentirnos abandonados,
sino más bien fortalécenos con la convicción
de que él permanece con nosotros en nuestros hermanos
hasta el fin de los tiempos.
Que su Espíritu nos guíe y fortalezca
para dar testimonio de que él está vivo
en nuestras comunidades de fe y de amor
y para proclamar a todo el mundo
su Buena Noticia de Salvación.
Te lo pedimos por medio del mismo Jesucristo
Nuestro Señor.
Oración de los Fieles
Jesús, el Señor, nos ha confiado su misión. Él está con nosotros y actúa en nosotros por medio de su Espíritu, de modo que podamos hacer todo en su nombre. Así le decimos: R/ Quédate con nosotros, Señor.Hazte presente en tu Iglesia, Señor, para que ella difunda la Buena Nueva de tu amor y de tu reino a todos los pueblos, lenguas y culturas, y así te decimos:
1. Hazte presente a todos tus profetas y misioneros, para que proclamen sin miedo tu mensaje de justicia, verdad y misericordia incluso a los que no tienen deseos de escucharle; y así te decimos:
2. Hazte presente a todos los gobernantes y líderes de las naciones, Señor, cuando intentan establecer una paz casi imposible a un mundo roto por la violencia y la guerra. Que sus esfuerzos no sean en vano. Y así te decimos:
3. Hazte presente a los oprimidos y a los que sufren, Señor; reaviva en ellos su esperanza en ti y en los hermanos; abre los ojos y las manos de tus seguidores para otorgarles tu amor y cuidado llenos de ternura; y así te decimos:
4. Hazte presente a nosotros y a todas las comunidades cristianas, Señor; dales señales de tu presencia por su espíritu de oración, su unidad, su amabilidad y paciencia de unos con otros; y así te decimos:
Oh Jesús, Señor nuestro: por la fuerza de tu Espíritu guíanos en nuestra peregrinación al hogar donde tú vives en gloria con el Padre y el Espíritu Santo, ahora y por los siglos de los siglos.
Oración de Ofertorio
Señor Dios nuestro:
En los signos de este pan y de este vino
tu Hijo Jesús va a estar enseguida con nosotros.
Que él nos dé su Espíritu de fortaleza,
para que no nos quedemos mirando al cielo,
a no ser para implorar tu ayuda para hacer tu trabajo.
Que prefiramos enfrentarnos al mundo
y comprometernos a la misión
de transformarlo en tu mundo,
por el poder del Espíritu de Jesucristo,
Hijo tuyo y Señor nuestro
por los siglos de los siglos.
Introducción a la Plegaria Eucarística
Con gran alegría demos gracias al Padre porque Jesús, aunque elevado al cielo, sigue todavía con nosotros por medio de su Espíritu Santo,
aquí en esta eucaristía, en la Iglesia y en los hermanos que nos rodean.
Introducción al Padrenuestro
Jesús, el Señor, vive ahora en la gloria del Padre en el cielo;
Allí intercede por nosotros.
Por medio de él y con sus mismas palabras
oremos a Dios nuestro Padre.
R/ Padre nuestro…
Líbranos, Señor
Líbranos, Señor, de toda forma de egoísmo
que nos aísla de nuestros hermanos.
Guárdanos libres de todo pecado
que ponga en peligro el amor entre nosotros;
y danos la paz de la unidad.
Haznos atentos y abiertos a todos,
mientras aguardamos con gozosa esperanza
la venida de nuestro Salvador Jesucristo.
R/ Tuyo es el reino…
Invitación a la Comunión
Éste es Jesús, el Señor, que nos dijo:
Sepan que estoy con ustedes siempre
hasta el fin de los tiempos.
Éste es su cuerpo, glorioso y resucitado.
Felices nosotros, ya que él es nuestro pan
en nuestro caminar hacia el Padre.
Oración después de la Comunión
Señor Dios nuestro:
Te damos gracias por confiar tanto en nosotros
que nos has entregado la misión misma de tu Hijo:
para hacerle presente en el mundo.
Que reinemos con él aprendiendo de él a servir,
de forma que nuestros hermanos vean palpablemente
que Cristo vive
porque somos su cuerpo visible para el mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Bendición
Jesús, el Señor, nos dice a nosotros como les dijo a los apóstoles:
“Sean mis testigos en el mundo entero”.
No nos quedemos embobados mirando al cielo,
sino que seamos su mensaje de esperanza
para los hombres y mujeres del mundo
por la forma cómo vivimos el Evangelio.
Y pidamos la bendición solemne del Señor.
Que sepamos llevar el mensaje del Señor a nuestro tiempo y a nuestros hermanos. R/ Amén.
Que siga él haciendo el bien por medio de nosotros
y que nosotros le hagamos visible hoy ante nuestros hermanos. R/ Amén.
Que permanezca él con nosotros por medio de su Espíritu
ahora y hasta el fin de los tiempos. R/ Amén.
Y que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo
descienda sobre nosotros y nos acompañe siempre.
Pueden ir en paz para amar y servir al Señor en los hermanos que nos rodean.
R/ Demos gracias a Dios.