Liturgia Viva del Lunes de la II Semana de Adviento. San Nicolás, obispo.
LOS COJOS SALTARÁN
(Is 35,1-10;Lc 5,17-26)
Introducción
En tiempo del exilio, en lo que se llama “el pequeño Apocalipsis” (Is 34 y 35), un discípulo de Isaías describe el regreso de los judíos a Jerusalén y a la Tierra Santa como un retorno del Paraíso: no habrá pecado, ni sufrimiento, incluso ni fatiga, con todas las enfermedades curadas y con la creación participando en la liberación del pueblo, porque Dios habita en medio de su pueblo.
Estas expresiones entusiastas comienzan con mayor plenitud a hacerse realidad cuando Jesús viene, y perdona los pecados y cura las enfermedades, consecuencias y manifestaciones del pecado. Cuando aparece Jesús entre nosotros, viene para traer vida a los pobres. Sí, los cojos saltan de alegría, porque Dios ha tenido compasión de ellos por medio de Jesús.
Oración Colecta
Tú vienes a vivir en medio de tu pueblo;
A los pobres y paralizados
les traes tu perdón y tu tierna compasión
por medio de Jesucristo tu Hijo.
Oh Dios, danos la gracia de creer profundamente
que tú quieres liberarnos de nuestro desaliento e impotencia.
Danos una fe sincera y una confiada esperanza
en tu amor compasivo y sanador,
Por medio de Jesucristo, nuestro Señor.
Intenciones
Roguemos por todos los que están desanimados y se sientes solos, para que nosotros podamos ayudarles a superar sus miedos y restaurar su confianza y esperanza. Y decimos: R/ Señor, escucha nuestra oración.
- Por los físicamente discapacitados, para que todos sepamos respetarlos como personas perfectamente humanas, roguemos al Señor.
R/ Señor, escucha nuestra oración. - Por nuestras comunidades cristianas, para que todos nosotros, sus miembros, nos sintamos llenos de la esperanza de que en Cristo podemos construir una Iglesia más evangélica y un mundo mejor, roguemos al Señor.
R/ Señor, escucha nuestra oración. - Para que todos nosotros seamos personas llenas de alegría y de esperanza cristiana, roguemos al Señor:
R/ Señor, escucha nuestra oración.
Oración sobre las Ofrendas
En estos signos de pan y vino
celebramos la muerte y resurrección
de tu Hijo Jesucristo.
Ayúdanos a poner en él toda nuestra esperanza
y a confiar en que él nos alzará de nuestro desaliento,
de nuestros miedos
y de nuestra resignación apática y pasiva
a los males del mundo.
Que él nos cure de nuestros pecados
y nos haga personas que saltemos de optimismo y alegría
a causa de Jesucristo nuestro Señor.
Oración después de la Comunión
Te damos gracias por tu Hijo Jesucristo.
Y te pedimos que él esté tan vivo entre nosotros
que, con alegría y entusiasmo,
continuemos su obra de curación
en favor de los pobres y de los que sufren,
Mientras recordamos con gratitud
cómo nos ha levantado él
por encima de nuestras limitaciones y miserias.
Así mismo te pedimos que, además de sanados,
seamos también sanadores de nuestros hermanos,
pues somos seguidores de Jesucristo nuestro Señor.
Bendición
Que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre nosotros y nos acompañe siempre.