Liturgia Viva del Lunes de la III Semana de Adviento
UNA ESTRELLA DE JACOB
(Num 24,2-7.15-17. Mt 21,23-27)
Introducción
"Queremos ser liberados de esas ilusiones, frustraciones, injusticias y represión a las que el mundo moderno nos ha sometido con violación de sus promesas; esto es lo que van diciendo los jóvenes, los desheredados, los autómatas de la tecnología moderna: ‘Queremos ser libres, personas auténticas, gente rescatada del hambre y de la espiral de la inferioridad incurable. Sí, responde el "Hombre del pueblo". Vengan a mí todos los atribulados y yo les consolaré. Estoy con ustedes, con el poder del Espíritu, sin violencia y sin pasión. Solamente la sabiduría libera al mundo". Pablo VI, Mensaje de Navidad, 25 diciembre, 1970.
Oración Colecta
En un mundo de injusticia, guerra y explotación,
en el que cada vez más gente encuentra los medios de vida,
pero no muchas razones para vivir,
tú nos prometes una estrella a la que seguir: Jesús, tu Hijo.
Oh Dios, mantén en nosotros viva la esperanza de que él va a venir a nosotros hoy
y de que, si estamos dispuestos a aceptar seriamente
las exigencias del evangelio,
podemos llegar a ser ciertamente un nuevo pueblo
completamente renovado en Cristo,
Señor nuestro, que vive y reina
por los siglos de los siglos.
Intenciones
- Señor Jesús, haz que tu Iglesia sea una estrella que proclame que tú estás presente entre tu pueblo, cuando nos amemos unos a otros y cuando tengamos sentido de justicia, y así te decimos:
- Señor, que los que van vagando por la vida sin saber siquiera a dónde van descubran en el evangelio algo que dé sentido a sus vidas, sobre todo que descubran a la persona de Jesús, y así te decimos:
- Señor, al prepararnos para la Navidad, querríamos que te hicieras más cercano y más real a nosotros, y así te decimos:
Oración de Ofertorio
En estos signos de pan y vino
tu Hijo Jesús se nos da a sí mismo
como supremo don.
Haz, Señor, que aprendamos de él
a renunciar a nuestros intereses egoístas
y a nuestras actitudes de superioridad
si queremos remodelar este mundo,
para que sea un lugar donde todos puedan vivir en paz
y un signo de una realidad más alta
en la que tú serás todo para todos,
por los siglos de los siglos.
Oración después de la Comunión
Tu Hijo ha estado y compartido con nosotros
en esta celebración eucarística.
Que la unidad que hemos sentido aquí contigo
sea la promesa de su presencia entre nosotros
en la vida de cada día
como nuestro Dios-con-nosotros.
Que venga con nosotros hasta el final,
que nuestra esperanza nunca muera,
porque él es el camino,
nuestro camino hacia una vida y un futuro
que permanecerá por los siglos de los siglos.
Bendición
Hermanos: Veo al Señor tan cercano a nosotros; le veo como la estrella de nuestras vidas. Que le veamos siempre como nuestro Salvador y amigo. Y que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre nosotros y nos acompañe siempre.