Liturgia viva del lunes de la v semana de Pascua, feria

Fecha

11 May 2020
Finalizdo!

DIOS VIVE EN NOSOTROS
(Hch 14,15-18; Jn 14,21-26)

Introducción
    En la Primera Lectura Lucas nos muestra a Pablo realizando entre los paganos los mismos signos y milagros que Pedro entre los judíos (aquí la curación de un lisiado) y predicando el mismo mensaje.
En el Evangelio Cristo habla de inhabitación de Dios. En el Antiguo Testamento, el lugar donde Dios habitaba era, primero, la Tienda y el Arca de la Alianza; después, el Templo. El Templo era el signo de que Dios vivía en medio de y con su pueblo. Esto era tomado con frecuencia demasiado al pie de la letra, materialmente y casi mágicamente. Los Libros Sapienciales decían que la presencia de Dios era algo más interior: Dios se hacía presente por medio de su sabiduría, hallada en el corazón de los justos. — Jesucristo dice que la presencia de Dios es mucho más íntima: él vive por amor en los corazones de los que le aman y guardan su Palabra; una presencia que sólo la puede conocer  alguien que realmente ama. — Cristo manifestará ahora su presencia entre nosotros de forma misteriosa y sacramental, en esta eucaristía.

Oración Colecta

Señor Dios nuestro, Padre amoroso:
Buscamos con frecuencia tu presencia
en el templo de la creación y de la naturaleza,
y en los templos construidos con nuestras manos;
también podemos encontrarte en medio de tu pueblo.
Pero, sobre todo, tú has establecido tu templo
justamente en nuestros corazones.
Oh Dios, danos ojos de fe y amor
para reconocer que tú vives y moras en nosotros
con tu Hijo y con el Espíritu Santo
sobre todo cuando cumplimos
la Palabra del mismo Jesús,
Hijo tuyo y Señor nuestro
por los siglos de los siglos.

Intenciones

  • Para que todos nosotros sepamos dar testimonio de que somos discípulos de Jesús al amarnos sincera y profundamente unos a otros, roguemos al Señor.
  • Para que, en este nuestro tiempo en que Cristo no está ya físicamente presente entre nosotros, sepamos descubrir su presencia espiritual en cada rostro humano, roguemos al Señor.
  • Para que el Espíritu Santo nos enseñe a vivir según la Palabra que hemos oído de Cristo, que nos habla constantemente en el evangelio, roguemos al Señor.

Oración sobre las Ofrendas

Señor Dios nuestro, Padre amoroso:
Tu Hijo Jesucristo está aquí con nosotros
pues estamos reunidos en su nombre
en esta asamblea eucarística.
Danos a Jesús de forma especial ahora
bajo la forma de pan y vino,
como nuestra bebida y nuestro alimento espiritual,
para que, dondequiera que estemos,
tú estés también presente,
porque tu Hijo está vivo en nosotros,
él que vive y reina contigo
por los siglos de los siglos.

Oración después de la Comunión

Señor Dios nuestro, Padre amoroso:
Te damos gracias por darnos a tu Hijo
y por ver con agrado que viva en nosotros.
Ayúdanos a vivir el mismo estilo de vida que él vivió
y que él quiere que nosotros vivamos también:
una vida de obediencia a tu voluntad
y de entrega y dedicación a los hermanos
y a nuestra misión en la vida.
Que a través de nosotros tú estés presente
en este mundo frío y calculador
y le regales el calor del amor,
de la amistad y la compasión,
por medio de Jesucristo, que vive en nosotros,
ahora y  -así lo esperamos-
por los siglos de los siglos.

Bendición
Hermanos: Jesús nos confirma y nos da la certeza de que nuestro Padre del cielo nos ama y vive en nosotros, si vivimos conforme a las palabras del mismo Jesus. Para que vivamos conforme a ellas de manera coherente, que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre nosotros y nos acompañe siempre.

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