Liturgia viva del Lunes de la XXIII Semana del Tiempo Ordinario
PRESERVAR LA VIDA; NO DESTRUIRLA
Introducción
Evangelio. Según leemos en el evangelio, es extraño cómo gente fiel, religiosa y regularmente practicante, como los escribas y fariseos, eran un gran obstáculo para la misión de Jesús. Están disgustados y enojados porque Jesús cura a un hombre con una mano paralítica en el día del Señor. Jesús vino a hacer el bien y a preservar la vida, como él mismo dijo; a llevar a cabo una misión de amor y vida, y éstas no pueden expresarse adecuadamente en leyes y mandamientos. – ¡Nosotros podemos y debemos hacer el bien también en el Día del Señor, el domingo!
Oración Colecta
Oh Dios, Padre nuestro:
Te damos gracias por tu Hijo Jesucristo.
Él siempre anduvo haciendo el bien
y ninguna ley hecha por seres humanos
le podría impedir de llevar a cabo
su misión de vida y amor.
Que tu Espíritu Santo nos ilumine
para entender su mentalidad
y para conceder el primer lugar
a lo que es realmente importante en nuestra vida,
para que vivamos, ante todo, por la ley del amor,
proclamada y vivida hasta la muerte
por Jesucristo tu Hijo, nuestro Señor.
Intenciones
Para que en el Día del Señor la gente tenga tiempo para descansar y recuperarse de la presión de su trabajo, y tenga también la oportunidad de dar culto a Dios y de ayudar a los hermanos, roguemos al Señor.
Para que los cristianos que participan los domingos en la eucaristía vivan de acuerdo al evangelio también en los días de entresemana, roguemos al Señor.
Para que la celebración eucarística de los domingos sea para todos los cristianos una fuente de gran alegría y un aliento eficaz para servir a los hermanos, roguemos al Señor.
Oración sobre las Ofrendas
Señor Dios nuestro:
Te presentamos estos dones
para celebrar el misterio
de la muerte y resurrección
de tu Hijo Jesucristo.
Danos la sabiduría del Espíritu
para optar siempre, con tu Hijo,
no por la muerte, sino por la vida,
y para que incluso la muerte
se convierta en promesa y semilla de vida eterna,
vida que tú nos das por medio de tu Hijo
Jesucristo, nuestro Señor.
Oración después de la Comunión
Señor Dios nuestro:
Tenemos miedo de volvernos rígidos e inflexibles
en nuestras prácticas y actitudes,
aun con las mejores intenciones.
En virtud de la palabra de tu Hijo
que acabamos de escuchar
y del pan de vida que él nos ha dado,
guárdanos siempre jóvenes y flexibles de corazón,
y atentos a tu presencia y a tu llamado
a través de la gente que nos rodea.
Que nunca seamos un obstáculo
para cualquier bien
realizado en el nombre de Jesús, nuestro Señor.
Bendición
Hermanos: Es legítimo hacer el bien en domingo, Día del Señor. Es incluso recomendable, porque eso hace más grande y maravilloso ese día.
Que Dios todopoderoso les bendiga por el bien que ustedes hacen: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo; y que esta bendición permanezca para siempre.