Liturgia Viva – Martes de la XIX Semana del Tiempo Ordinario
EL MAYOR EN EL REINO
Liturgia de la Palabra
Introducción a la Primera Lectura: Deut 31,1-8
Dios promete acompañar a su Pueblo cuando entre en la Tierra Prometida bajo el liderazgo de Josué.
Introducción al Evangelio: Mt 18,1-5.10.12-14
Para Jesús, un niño cuenta mucho, ya que Dios ama lo sencillo y pequeño. Los niños son los mayores en el Reino de Dios a causa de su sabiduría sencilla, su falta de pretensión, su espontaneidad y su humildad. Los pecadores están también entre los pequeños, pero en diferente sentido… Sin embargo, ninguno de ellos debe perderse. En nosotros también debería sobrevivir el niño que llevamos dentro. ¿No estamos poniendo obstáculos en el camino del Reino a causa de nuestra sofisticación y de nuestras pretensiones?
Oración Colecta
Oh Dios, tú eres grande y santo:
Tú te inclinaste y rebajaste hacia nosotros,
Pueblo falible y limitado,
y tienes preferencia por los niños y los humildes.
Danos un corazón de niño;
que seamos sencillos, humildes y receptivos,
confiados y crédulos,
para que nos volvamos sabios con tu sabiduría
y vayamos creciendo hasta la medida humana perfecta
de Jesucristo nuestro Señor.
Oración de los Fieles
– Por los que son “mayores”, de mayor “poder”, en la Iglesia, para que sirvan con gran entrega a los más vulnerables, roguemos al Señor.
– Por todos nosotros, para que, como Jesús, nos ocupemos de los niños, especialmente de todos los que son vulnerados en sus derechos, roguemos al Señor.
– Por lo que trabajan en instituciones de acción social, para que puedan proporcionar amparo, protección y mucho amor a los niños más necesitados, huérfanos, con hambre, rechazados, abandonados, migrantes, enfermos, roguemos al Señor.
Oración sobre las Ofrendas
Oh Dios, Padre nuestro:
Tu hijo Jesucristo renunció voluntariamente
a todos los honores y privilegios divinos
para hacerse uno de nosotros
y morir nuestra misma muerte.
Él se nos da aquí de nuevo, en la eucaristía,
en la forma de un humilde trozo de pan.
Danos la actitud de Jesús:
que seamos humildes y respetuosos
ante ti y ante los hermanos,
y siempre disponibles
a todas las llamadas y necesidades.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Oración después de la Comunión
Señor Dios nuestro:
Nadie tan grande como tú
se ha hecho a sí mismo tan pequeño como tú;
nadie tan distante como tú
se ha hecho a sí mismo
tan cercano a nosotros, en nuestra debilidad,
como tú, en tu Hijo Jesucristo.
Danos la gracia de ver y acoger a tu Hijo
aquí en esta eucaristía y en la vida de cada día.
Haznos discretos y respetuosos ante ti y ante los hermanos,
movidos por la confianza, esperanza y alegría,
como Cristo Jesús, tu Hijo, nuestro Señor.
Bendición
Hermanos: En el evangelio de hoy, Jesús nos exige cambiar y hacernos como niños pequeños. No es una invitación a ser pueriles sino a aprender de los niños a ser espontáneos y confiados hacia Dios y hacia los otros, llenos de admiración y gratitud, y anhelando y trabajando por todo lo bueno. Que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes y permanezca para siempre.