Liturgia Viva del Martes de la I Semana del Tiempo Ordinario
EL PODER SALVADOR DE DIOS
(1 Sm 1,9-20;Mc 1,21-28)
Introducción
La Biblia a veces describe las vocaciones extraordinarias en términos de esterilidad, que, por medio de oración y fe en el poder de Dios, produce vida. Ello subraya la gracia gratuita de Dios, su gran poder, y también la dificultad, la lucha de fe, para conducir a la redención. Samuel, así, fue el fruto de la oración y de la fe en el poder de Dios.
Evangelio. En el evangelio de hoy Marcos nos muestra el poder de Dios en acción, en Jesús, el Mesías. Es un poder al que se oponen los poderes del mal, un poder que debe luchar y asumir la contradicción y el sufrimiento, pero que definitivamente saldrá victorioso – a través de lucha y contradicción.
Así es el poder de Dios también hoy en el mundo, el poder de Dios se muestra como respuesta a nuestra fe y oración.
Oración Colecta
Nos complace imaginar
que podemos hacer grandes cosas,
pero cuando se trata de tu trabajo,
de tu reino de verdad y de justicia, tenemos que reconocer, quizás de mala gana,
que somos débiles y poco efectivos.
Ayúdanos a reconocer esta debilidad nuestra,
no como derrota, sino como nuestra verdadera fuerza,
para que tu poder se revele en sí mismo
en el sufrimiento, en la lucha,
y también en la amabilidad y el amor,
que tú nos muestras en Jesucristo,
Hijo tuyo y Señor nuestro
por los siglos de los siglos.
Intenciones
- Para que en la Iglesia sepamos ofrecernos unos a otros la curación del perdón y de la compasión, roguemos al Señor.
- Para que todos los enfermos sigan esperando en que un día se curarán y en que al menos podrán aceptar y llevar su sufrimiento con paciencia y fortaleza, roguemos al Señor.
- Para que en nuestras comunidades consideremos como tarea nuestra compartir nuestras penas, los unos con los otros, y aliviar los unos las cargas de los demás, roguemos al Señor.
Oración sobre las Ofrendas
Por medio de este pan y de este vino
tú quieres que Jesús, tu Hijo, se una a nosotros hoy
en nuestra lucha para ser libres,
como discípulos que te sirven a ti y a nuestro prójimo.
Que Jesús expulse de nosotros
el espíritu rebelde de la soberbia y el egoísmo
y nos llene con su buen espíritu, el Espíritu Santo de amor y fortaleza,
para que junto con tu Hijo seamos tuyos
ahora y por los siglos de los siglos.
Oración después de la Comunión
Tenemos miedo a la lucha y al dolor,
a la debilidad y a la aparente derrota.
Sigue recordándonos,
no con rudeza sino con amabilidad,
que éste fue el modo de tu Hijo
y que éste es el modo con el que tú siempre ganas.
Y si nosotros no entendemos del todo,
ayúdanos a crecer en fe y en confianza
en tu propio plan para el verdadero éxito
y en tu Hijo Jesucristo nuestro Señor.
Bendición
Hermanos: Jesús enseñaba con autoridad. ¿Por qué? Porque creía totalmente en lo que decía; y porque apoyaba sus enseñanzas con señales milagrosas. Quizás el mayor milagro fue que él mismo vivía lo que enseñaba. Que nosotros también vivamos como creemos, con la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo.